Para la sociedad inglesa y el resto de su familia, Catherine Montague es la viuda del conde de Beaufort, que desapareció de forma misteriosa en aguas del Mediterráneo. Ella, en cambio, se resiste a aceptar que su marido está muerto.

Cuando Julian Montague fue capturado por los corsarios argelinos acababa de escapar por los pelos de un intento de asesinato. Tras su liberación, su estado mental podría calificarse de inestable, pero… ¿es realmente cierto que el conde ha perdido la cordura?

Cuando se produce el reencuentro de la pareja, ella es incapaz de reaccionar como una esposa enamorada, lo que le hará preguntarse si lo que sentía por su marido no era más que una ilusión. Además, él saboteará cada uno de los intentos de Catherine de hacer regresar al antiguo Julian y con él cuanto le pertenece.

Mientras tanto, un asesino anda suelto...

Cuando empecé esta historia no sabía qué esperar porque hasta que no empiezas a leer no entiendes del todo la sinopsis. Lo que me atrajo de esta novela fue que lo que se narraba es el reencuentro de un matrimonio y la parte que afecta al tema del asesino, pero influyó mucho la escasez de novelas de  romántica histórica del momento. Y al final me llevado una impresión muy agradable de un libro que me ha gustado más de lo que esperaba en un principio.

Me gusta la idea de que por una vez la pareja protagonista sea un matrimonio de conveniencia al que el cariño y el amor les llega poco a poco al conocerse, eso le da un toque de realismo y al mismo tiempo cierta frescura. Y que lo que se narre sea el reencuentro de la pareja y los pequeños cambios que se translucen en unas personalidades más fuertes y un amor más maduro, le da un aire de ternura a la historia.

En esta pareja me han gustado los dos protagonistas por igual.

Catherine es una personaje tierno y de formas suaves, pero fuerte y decidido, que debe adaptarse a los cambios, dos enormes cambios en tres años a decir verdad. Quizás sea debido a la evolución natural de su personalidad o a lo que le ha tocado vivir, pero se ha convertido en una mujer de gran fuerza interior en ese lapso de tiempo. Aparte de su fuerza, de ella me ha gustado que es una persona lógica y razonable, sincera consigo misma e inteligente. Lo único que le faltaba era mostrar más su carácter y eso lo consigue con el inesperado regreso de Julian, que con su comportamiento pone a prueba la paciencia de su esposa.

Julian es la pieza que desestabilizó a toda su familia con su desaparición, pero nadie ha sufrido más que él. Agradezco que no se narre esta parte tan dura de sus peripecias, con sus recuerdos del cautiverio es suficiente para hacerse una idea. Su estrategia para atrapar a un asesino es llamativa y curiosa, y ese toque de locura que rodea sus acciones me ha parecido interesante y cómico. Lo que me ha gustado de Julian es su mente fría y su capacidad de observación para dudar de todo el mundo y permanecer vigilante, aunque sepa que eso puede traerle problemas. Y también que sea consciente de cuándo necesita un aliado para su objetivo.

En esta novela contamos con dos historias de amor; la primera es la mencionada entre Catherine y Julian, y la segunda pertenece a la hermana pequeña del conde. Ambas historias son tiernas y llenas de secretos con el objetivo de conseguir justicia, lo que me ha gustado es que están unidas por un mismo nexo, aunque ninguno de ellos lo sabe al principio. A veces los romances secundarios me parece que sobran si tienen demasiada presencia, como para llenar páginas; sin embargo, en este libro están unidos por un secreto que aún no ha salido a la luz y que las hace indisolubles.

Realmente, me han gustado los dos romances por igual.

La historia está íntegramente ambientada en una propiedad de Cornualles, pero cuenta con varios personajes secundarios, algunos interesantes y otros sospechosos, pero todos bien definidos.

El final me ha gustado porque se toma el tiempo justo, no sucede todo en el último momento y tampoco se hace pesado, se ve venir el clímax de la historia. Hay tiempo para descubrir el miserio de la trama y para finalizar las tramas románticas, también para dar salida a otros personajes.

Tengo que reconocer que me ha gustado bastante más de lo que esperaba, porque la sinopsis no me había dejado del todo claro las circunstancias de ese reencuentro hasta que he visto lo que tramaba Julian y lo he entendido todo. Además, la novela está bien escrito, con pausa pero de una forma amena, pues no me he aburrido ni se me ha hecho pesado. Elizabeth Urian es una autora —de hecho es el seudónimo de dos autoras— a la que merece la pena seguirle la pista.

Si, como yo, echáis de menos la presencia de más novelas históricas en el mercado actual, ésta es una muy buena opción.