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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
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Cami ¡Llegó tu hora! Sacrificio en el volcán
Mensajes : 8642 Edad : 36 Empleo/Ocios : Guardiana de mini-harenes Inscripción : 13/12/2008
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4193 Edad : 59 Localización : Tigre, Argentina Inscripción : 24/03/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 23 Jun 2010 - 2:39 | |
| Ay, caramba... yo pense que iba a ser relativamente fácil Buscaré algún párrafo que de más datos... por ahora: - Escena super hot - intento fallido de rescate del hermano del prota de un castillo - él la rescata de morir ahogada cuando ella trata de cruzar a la isla de Mull (¡¡Escocia!!) escapándose de su cautiverio...- Él es un jefe escocés... que tuvo en un tiempo por amante a la curandera... aunque ahora la desea a ella Besotes Juana |
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Cami ¡Llegó tu hora! Sacrificio en el volcán
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4193 Edad : 59 Localización : Tigre, Argentina Inscripción : 24/03/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 23 Jun 2010 - 3:02 | |
| —Estoy cansada de mirar al pasado. Solo quiero mirar al futuro… contigo.
Le soltó la muñeca, y cuando ella colocó su delicada mano alrededor de su miembro, él comenzó a gemir en la boca de ELLABELLA, confirmando su amor por esa mujer.
ELLABELLA saboreaba sus gemidos de placer mientras deslizaba una mano sobre los pantalones de ESPLÉNDIDO, adaptándola a su miembro. Solo volver a tocarlo hizo que la inundase una oleada de pasión. Su sexo era tan grande y duro que no podía esperar a notarlo dentro, a sentir sus embestidas fuertes y profundas.
Su cuerpo ardía de deseo.
Quería aferrarse a cada segundo y hacer que aquel momento durase para siempre; pero el tacto de su boca en la de ella era como un fuego abrasador, y sabía que sería imposible contener la pasión que ardía entre ellos. Era demasiado excitante, demasiado intenso e imposible de controlar.
Después de haber estado casi a punto de perderlo, lo necesitaba desesperadamente.
Recorría su espalda y sus hombros con las manos, atrayéndolo hacia ella. Dios, era increíble. Tan espléndido y fuerte. Un cuerpo de guerrero forjado en músculo duro y compacto que se tensaba bajo sus dedos.
ESPLÉNDIDO dejó de besarla solo el tiempo necesario para quitarse la camisa y los pantalones y meterse en la cama con ella; la atrajo hacia sí y volvió a besarla. Aquella pasión la derretía. Ansiaba notar cada centímetro de su fuerte cuerpo contra el de ella. Su piel cálida y suave provocaba intensamente sus sentidos, haciendo que se estremeciera cada vez que se tocaban.
Las grandes manos de ESPLÉNDIDO tomaron el control de su cuerpo. La tocó por todas partes, acariciándola, encendiéndola. Hundió los dedos en su cabello y fue deslizándolos por la espalda lentamente hasta que alcanzó su trasero. Sus manos ásperas y callosas eran a la vez dulces y posesivas mientras la levantaba hacia él.
Estaba mojada y excitada; desesperada por notarlo dentro. Aquella ansia surgía de lo más profundo de su ser, apoderándose de ella y exigiendo ser satisfecha.
Él la deseaba, aunque seguía haciendo esfuerzos por contenerse. La besó con más fuerza, deslizando la lengua en su boca con embestidas profundas y exigentes. Pero no era suficiente. ELLABELLA deseaba que se comportara de un modo salvaje, por encima de todo límite. Quería que se comportase del mismo modo que lo había hecho en su habitación la noche anterior. Del mismo modo que se sentía ella en aquel momento.
—No —susurró en la boca de ESPLÉNDIDO.
Él se apartó y ella vio su confusión.
—¿Qué sucede?
—No te contengas. Lo quiero todo de ti. No tienes que protegerme. —Se incorporó para besarlo, deslizando su lengua por el aterciopelado pliegue de su boca—. No voy a romperme.
ESPLÉNDIDO buscó con sus ojos el rostro de ELLABELLA.
—Nunca podrías asustarme. —Le aseguró. Aquel hombre eran tan guapo, tan salvaje y apasionado… Volvió a besarlo, deslizó la lengua dentro de su boca y se fundieron en un beso intensamente erótico y carnal—. Muéstramela. —Respiró—. Quiero notar toda tu pasión… sin ataduras. —Tomó su miembro en una mano. Los ojos de ESPLÉNDIDO se encendieron y el destello de peligro que reflejaron la animó a continuar.
Aguantando su mirada, lo puso a prueba, rodeando su pene erecto con una mano y realizando movimientos largos e intensos. No permitiría que se marchase. Ya era suyo. Completamente; incluso aquel lado duro y salvaje que él pretendía ocultar.
La pasión ardía cada vez con más fuerza en los ojos de ESPLÉNDIDO…
Ella había vencido. Él perdió el control. ELLABELLA se tumbó sobre su espalda y la besó, moviendo la boca sobre sus labios, sobre su mejilla, sobre su cuello. Dominándola, devastándola, salvaje y libre.
La chupaba y la lamía, haciendo que se estremeciese cuando su cálido aliento rozaba su piel mojada. Tomó sus pechos, enterró su rostro entre ellos, rozando con la barba su delicada piel. Ella se arqueaba contra él, ansiando más. Ansiando su boca.
Cubrió su pezón y lo chupó, mordisqueándolo con los dientes hasta que ella empezó a retorcerse. Hasta que comenzó a tener espasmos.
Le levantó la cabeza y sostuvo su mirada mientras la penetraba con una única y larga embestida. El placer la hizo gritar. Su miembro era tan grande y grueso que la llenaba completamente, y el placer era tan intenso que no podía soportarlo.
Entonces ESPLÉNDIDO comenzó a moverse, sosteniendo su mirada todo el tiempo. La intensidad de su expresión la dejó sin aliento. No era solo pasión, ni solo amor, sino que se trataba de algo mucho más elemental: era la unión perfecta de dos cuerpos y de dos almas en uno. Estaban hechos el uno para el otro.
ELLABELLA podía notar bajo sus dedos la emoción que lo inundaba; todo su cuerpo se estremecía por la tensión de lo que había ocurrido entre ellos, de lo cerca que habían estado de perderse el uno al otro. Él embestía cada vez más, cada vez con más fuerza, y ella correspondía a sus acometidas.
Eso fue todo. ESPLÉNDIDO perdió el control, totalmente consumido. Y ella también. Nunca se había sentido tan viva y tan libre. Notaba que iba aumentando la tensión, sabía que estaba a punto, pero tenía que aguantar… Él se hundió más en ella, embistiéndola con violencia, forzándola.
ELLABELLA no podía respirar. Aquello era demasiado bueno. Ardía de pasión y esa sensación la invadía en oleadas cálidas y húmedas.
Vio cómo se ponía tenso, cómo el placer transformaba su rostro, y oyó el profundo sonido gutural que le salió de dentro cuando empezó a descargarse en su interior. Ella se dejó ir… flotando durante un breve instante antes de deshacerse con una intensidad abrumadora, contrayéndose con fuerza alrededor de su miembro, mientras el cálido semen se derramaba dentro de ella.
No tuvo piedad, ni siquiera le permitió recuperar el aliento. Seguía excitada y encendida, y él volvió a mover sus caderas contra ella, frotándola con fuerza contra su cuerpo hasta que ella volvió a gritar. De un modo lento e intenso, una oleada de sensaciones tras otra la colmaron, y cuando la última contracción de su orgasmo se desvaneció, la acurrucó con ternura contra su cuerpo, como si estuviera a punto de romperse.
Estaba tan conmovida por la trascendencia de lo que acababa de suceder que no era capaz de pronunciar una palabra. Él le había entregado todo: su amor, su cuerpo, su alma y su confianza.
ESPLÉNDIDO acarició con una mano su piel cálida y aterciopelada, hasta que el frenético ritmo de su respiración fue calmándose. No sabía qué decir. Las palabras parecían un sustituto imperfecto para lo que sentía en aquellos momentos. Feliz, satisfecho, aliviado… pero todas esas palabras parecían completamente inadecuadas.
El sufrimiento de los días anteriores había quedado atrás. La incertidumbre de contarle lo de su trato con Argyll, el dolor que causó su discusión, llegar a casa con su hermano para descubrir que ella se había marchado, encontrarla sobre aquella roca, conocer las intenciones de Hector y después verla saltar a aquellas aguas heladas y agitadas. Todo eso había sido eliminado completamente, liberado en una explosión cataclísmica de amor y pasión.
Ella había conseguido desnudar su alma, había conseguido ver más allá de su comportamiento y le había entregado solo amor y aprobación.
La había convertido en su esposa, la había unido a él para toda la eternidad, pero al mismo tiempo él nunca se había sentido tan libre… sin ataduras, como había dicho ella.
Mi esposa, pensó ESPLÉNDIDO.
Ella dio un profundo suspiro.
—¿Estás bien? —preguntó.
Se volvió hacia él y sonrió.
—Mejor que bien.
La tomó por la barbilla y la miró fijamente a los ojos.
—Te amo.
—Lo sé. —Su boca esbozó una sonrisa traviesa—. Por fin has conseguido demostrármelo.
—Gracias a Dios. —Gimió—. No creo que pueda volver a repetirlo.
Pero tal como descubrieron algunas horas más tarde, se equivocaba.
Besotes
Juana |
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 23 Jun 2010 - 14:11 | |
| Juanaaaaa qué escena pero definitivamente no la leí, hay muchos datos, a ver si alguien adivana que quiero saber cuál es... |
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Inca Bruja de La Cueva
Mensajes : 22060 Edad : 102 Localización : EN LA CUEVA Empleo/Ocios : Hechicera / hechizos, akelarre Humor : Si tocas mi Harem, lo sabrás!! Inscripción : 23/03/2008
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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Inca Bruja de La Cueva
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 27 Jun 2010 - 23:05 | |
| Más pistas que las que ya di??????? - Escena super hot - intento fallido de rescate del hermano del prota de un castillo - él la rescata de morir ahogada cuando ella trata de cruzar a la isla de Mull (¡¡Escocia!!) escapándose de su cautiverio... *- Él es un jefe escocés... que tuvo en un tiempo por amante a la curandera... aunque ahora la desea a ella (*) 'taba paradita en una rocaaaaaa ... hay una leyenda sobre una doncella abandonada en una roca en medio del aguaaaaa... Besotes Juana PD: Si no la sacan... cambio de libro ¿eh? |
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mirada Oráculo
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Inca Bruja de La Cueva
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mirada Oráculo
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 27 Jun 2010 - 23:28 | |
| Es que en una de sus trilogías aparece la leyenda esa. Pero en la leyenda ella muere. Y un clan rival "reproduce" la muerte de la mujer de la leyenda dejando el cadáver de otra en la misma islita. El libro es Un caballero en mi cama, de Welfonder, pero no me acuerdo en absoluto de la escena de cama que deja Juana. Es un libro que me pareció auténticamente |
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Reina Negra Persiguiendo un Highlander
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Oriely Soy sonámbula: Escribo también dormida
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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mirada Oráculo
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Inca Bruja de La Cueva
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 28 Jun 2010 - 18:29 | |
| - Inca escribió:
- Creo que al final será de la Mónica McCarty, pero no se que libro será solo tengo el primero y no lo he terminado (a muchas les encanta y a mi me aburre como mirar una ostra)
Bien la autora... falta el título Besotes Juana |
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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Reina Negra Persiguiendo un Highlander
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Loanna Cazadora de élite
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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Loanna Cazadora de élite
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 1 Jul 2010 - 15:43 | |
| Aquí va el trozo:
Era tarde por la noche cuando XY abrió silenciosamente unos pocos centímetros la puerta de su habitación. Espiando por la estrecha rendija, vio que el cuarto estaba oscuro. Sólo un haz de luz de luna caía débilmente por detrás del tapiz. Pensó que ella debía de estar durmiendo, lo que le daría la ventaja de la sorpresa. Debía terminar con eso rápidamente.
Abrió completamente la puerta, entró en el cuarto con rápida convicción y raudamente perdió pie. Mientras golpeaba contra el suelo de su cuarto, maldijo. El suelo estaba completamente sembrado de pequeños fragmentos afilados de cerámica rota. Apenas había tenido tiempo de darse cuenta de que se había tropezado con una cuerda astutamente colocada, cuando sintió que lo golpeaban con una bacinilla en la parte posterior de la cabeza -¡Por Dagda, muchacha!- rugió,rodando de costado y tomándose la cabeza-. ¿Que estás tratando de hacer? ¿Matarme? -¡Por supuesto que sí! -repuso ella. XY sólo consiguió entrever un vago movimiento en la oscuridad cuando, para su sorpresa y dolor, ella lo pateó en la parte más sensible de su cuerpo, una zona que la mayoría de las mujeres tocaban reverentemente. Cuando se acurrucó sobre su cuerpo sus manos chocaron contra más pedazos de cerámica he hizo un gesto de dolor. Ella saltó por encima de su cuerpo, como un gamo asustado, intentando alcanzar la puerta. Insensibilizandose ante el dolor, XY se movió rápidamente. Su mano atrapó el tobillo de la muchacha. -Si abandonas este cuarto, considérate muerta -dijo llanamente-. Mis hombres te matarán en cuanto te vean. -¿ y cuál es la diferencia? ¡Tú también lo harás! -exclamó-. ¡Deja que me vaya! -añadió sacudiendo la pierna, de manera poco efectiva, para liberarse de la mano que la sujetaba. Él bramó y cerró la puerta de una patada. Luego tiró del tobillo de la muchacha, lo que provocó que ella perdiera pie. Trató de dar la vuelta para impedir que alcanzara algunos de los fragmentos de cerámica que antes había diseminado, pero ella corcoveó y cayó de costado sobre el cuerpo de XY. Hubo un forcejeo durante el cual ella luchó con sorprendente coraje y fuerza. Consciente de su superioridad, XY concentró sus esfuerzos en dominarla, tratando de que no se hiciera daño. Si alguien iba a hacerle daño, sería él. |
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