No había mentido cuando dijo que no conseguía quitarsela de la cabeza. Ni por un solo instante. HOMBRESEXY conocía su olor, y habia podido recordarlo incluso cuando se hallaba sentado entre los malos olores de los junquillos empapados de cerveza que cubrían el suelo de la taberna. La suya era una fragancia fresca, limpia y sensual, una mezcla de lluvias primaverales, vainilla y misterios. Mientras estaba sentado en la taberna, HOMBRESEXY había caído en la cuenta de que, de algun modo inexplicable, sabía que cuando ella sonreía se le formaba un hoyuelo en uno de los lados de su magnifica boca, aunque no podía recordar haberla visto sonreir nunca.
-Sonríe- le ordenó.
-¿Qué?- Ella lo miró como si se hubiese vuelto loco.
-He dicho que sonrías- gruño él.
Ella esbozó una tenue sonrisa. Sí. Tan claro como el agua. Un hoyuelo en el lado izquierdo. HOMBRESEXY suspiró pesadamente.

perdon por la demora..... elegi una facil...me parece

Un poco más, por favor, porque no me suena para nada...

Mau

Otro pedacito, please!!!

Besotes
Juana

aqui va....


MUJERSUERTUDA estaba que no cabia en si de gozo. Él la habia besado. La habia besado igual que la beso en su siglo, y ella habia entrevisto a su HOMBRESEXY en sus ojos. ¡Y el orfebre habia pensado que estaban enamorados!
Habia esperanza, despues de todo. En el siglo de MUJERSUERTUDA, HOMBRESEXY le habia asegurado que nunca besaria a una mujer si estuviera prometido o casado. Bueno, penso ella con regocijo, pues acababa de infringir esa regla.
Si MUJERSUERTUDA llegaba a profundizar lo suficiente y le recordaba cosas que habian hecho en su tiempo, quizá HOMBRESEXY terminaria recordandolo todo, de algun modo. Lo salvaria y él romperia su compromiso y se casaria con ella, penso ensoñadoramente.
Resistiendo el impulso de abanicarse, MUJERSUERTUDA paseo la mirada por la cabaña de Thomas. HOMBRESEXY estaba fuera entreteniendose con el caballo, pero MUJERSUERTUDA sabia que esa no era la razon por la que permanecia en el exterior. Habia respondido exactamente tal como lo hizo en su siglo, y ella sabia que HOMBRESEXY era un hombre de intensas pasiones. No le gustaba nada detenerse una vez que habia empezado.
Esperaba que HOMBRESEXY se sintiera espantosamente incomodo dentro de aquellos calzones de apariencia tan confortable que se negaba a comprar para ella.

El toque del Highlander de Moning??

Mau

Mau escribió:

El toque del Highlander de Moning??

Mau

es un Highlander de Moning... pero no precisamente ese!!

El beso de highlander

Ainsss... me parece que Loanna me ganó de mano

Besotes
Juana

Loanna escribió:

El beso de highlander

perdon ... recien lo vi!! SIIIIII!!!!!!!!!!! loanna te toca!!!

lo siento juana .... la proxima!!!

Ahí va:



El prisionero se alimentaba de su propia cólera. Hervía de rabia, y solamente deseaba poner la mano sobre el cuerpo de aquella mujer para golpearla hasta que perdiese la consciencia. ¡Que ella se atreviese a hacerle aquello! Recordó las palabras que antes le habían parecido una broma, a saber que no necesitaba ayuda para violarlo. Solamnete por eso la despreciaba. Solamente por eso podía matarla, pero de todos modos ella se proponía robarle, robarle la carne de su carne. Esa sola intención sellaba su destino.


Pero era estúpida si creía posible siquiera violar a un hombre. Si hubiese cerrado la boca y se hubiera limitado a ofrecerle su cuerpo, podía haber tenido lo que buscaba. El cuerpo de XY habría respondido instantáneamente a la invitación, como casi había hecho nada más verla. Pero ahora ni siquiera necesitaba esforzarse para permanecer imperturbable bajo el cuerpo de XX, pues la cólera asesina que sentía continuaba impidiendo que manifestara el más mínimo interés por la carne tibia de la muchacha.

Ella no se limitaba a sentarse sobre él y esperar el milagro. Podía sentir los dedos de XX tocándolo de un modo tal como nunca había observado en las caricias de otras mujeres. Cuando comprendió que XX estaba tratando de introducir en su propio cuerpo su miembro flácido, abrió incrédulo los ojos. Advirtió que los de XX estaban ahora cerrados. Se mordía el labio inferior y concentraba tan intensamente la atención en lo que hacía que sus rasgos parecieran contraidos. Se estremeció cuando una de las uñas de XX lo arañó, pero comprendió que ella ni siquiera sabía que lo había hecho.

Se preguntó durante cuánto tiempo continuaría lo imposible. No demasiado. Finalmente emitió un sollozo de frustración, y sin volver a mirarlo, abandonó su asiento y casi huyó de la habitación, derrotada.

Esclava del deseo de Johanna Lindsey

Besotes
Juana

Juana escribió:

Esclava del deseo de Johanna Lindsey

Besotes
Juana

Si muy bien que rapidez

Uyssss... esos viejos de Vergara publicados en los 80'... los tengo re-leídossssss (no había la oferta de libros que hay hoy ) ... y me sé pasajes enterossssss ... Después vuelve ella envalentonada y le dice que salvo que estuviera muerto, haciendo ciertas cosas, su miembro iba a responder jajajjajajjaja... ¡¡Inolvidableeeeee!!




—Mi mujer me tiene desconcertadísimo.

—¿Confundido por una mujer? —Era imposible no reír­se—. Qué concepto tan novedoso.

[...]No era frecuente ver en su hermano una incomodidad tan palpable. HERMANOMENORCALAVERA tuvo que admitir que sentía una curiosidad te­rrible. Le echó un vistazo con el ceño fruncido.


—Vas a tener que explicarte, DUQUETIESO.

—Sí, por todos los diablos, ya me doy cuenta.

La airada respuesta de DUQUETIESO era aún más intrigante que esa inusual propuesta de salir a cabalgar de buena mañana. HM.CALAVERA esperó con paciencia, disfrutando de la pacífica calidez de aquel buen tiempo mientras sus monturas avanzaban indolentes a lo largo del sendero que transcurría sinuoso entre la hierba y los árboles.

—La otra noche ella... bien, digamos que fue inesperado.

No era que eso le aclarase nada, pero HM.CALAVERA tuvo por fin cierta noción de a qué se refería, o de a qué no se refería de he­cho, porque en la cara habitualmente muy serena de su herma­no apareció un leve rubor.

—¿Te refieres en la cama? —le preguntó con franqueza.

DUQUETIESO le miró un segundo y asintió apenas.

—Sí.

—Inesperado, ¿en un sentido bueno o malo?

Al fin y al cabo era DUQUETIESO quien le había enviado una nota proponiéndole salir a cabalgar de buena mañana y era DUQUETIESO quien le pedía consejo. Si él tenía que renunciar a levantarse tar­de por aquella conversación, era necesario que hablaran en se­rio sobre el asunto y se dejaran de circunloquios.

—Bueno —dijo DUQUETIESO sin más. Y luego rectificó—: Muy bueno, si necesitas más detalles.

—Yo no necesito ningún detalle sobre las intimidades de tu matrimonio, DUQUETIESO, pero tú has sacado el tema...

—Ya me doy cuenta. —El duque de PALODURO parecía fue­ra de sí—. Perdona. —Y añadió en un tono más conciliador—: Una cosa es hablar sobre mujeres en general, pero cuando se trata de mi esposa es muy distinto.

HM.CALAVERA no tenía nada que comentar al respecto. En su vida no había precedentes que le permitieran hablar sobre una espo­sa, así que ¿cómo iba a saberlo?

—Es privado —concluyó DUQUETIESO.

—Me lo imagino. —Su hermano era una persona muy reser­vada en general, de modo que la conversación era cada vez más intrigante.

DUQUETIESO fijó la mirada en un grupo de árboles, como si fuera la cosa más fascinante sobre la tierra.

—Oh, demonios, bien, de acuerdo. Ella... bueno, hizo algo que no había hecho nunca.

«Ah, eso es de gran ayuda.»

—¿Pidió un té luego? —murmuró HM. CALAVERA—. ¿Cantó una canción mientras se desnudaba? ¿Bailó sobre la repisa de la ven­tana completamente desnuda? ¿Propuso que la doncella se unie­ra a vosotros? Vas a tener que ser más directo. La sutileza es para féminas que se sientan a beber sorbitos de jerez y a inter­cambiar chismes. Yo no puedo leerte la mente.

—De acuerdo, de acuerdo —gruñó DUQUETIESO—. Brianna se la metió en la boca. Y lo que es más, lo hizo francamente bien.

Pese a que lo primero que pensó fue que el incidente con­vertía a su hermano en un hombre en verdad afortunado, HM.CALAVERA se abstuvo de comentarlo.

—¿Y tú estás en contra de eso? —preguntó con cautela.

—Dios santo, claro que no. —Pero la carcajada de DUQUETIESO fue breve, y en sus ojos azules había una mirada de preocupa­ción—. Solo me pregunto de dónde sacó la idea.

—¿De ti, no?

—No, de mí, no. Es una dama. Nunca se me ocurriría pe­dirle algo así.

Besotes

Juana

Precisamente lo termino de leer
Lecciones de seducción, (Emma Wildes)

avi2 escribió:

Precisamente lo termino de leer
Lecciones de seducción, (Emma Wildes)

Muuuuuuuubien hecho los deberes, Anita!!

Besotes
Juana

Claro, leí el título y me surgió la veta de aprendiz, asi que no lo pude dejar pasar

A ver si se me ocurre que poner por aquí...

Yo me sigo partiendo de risa con tus sobrenombres Gansita!!!

...

Besotes
Juana

Mhm... ¿¿Un western espaguetti?? ... jajajaja

Besotes
Juana

pistaaaaaa...

otro trocitoooooooooooo????

chicas como se juega a esto??

Sandra escribió:

chicas como se juega a esto??

Ponen el párrafo de un libro (cambiando los nombres de los protagonistas )... y hay que adivinar Título y autora...



Mhm... con eso del intercambio por vacas... Seguro que es sobre escoceses


Otro pedacito, pleaseeeeee

Besotes
Juana

A ver chicas si las puedo ayudar. Sandra el juego en un principio creo era que a traves de un fragmento descubrieras los personajes que intervienen en él y el título del libro (de ahí que los nombres estén encubiertos...). Pero ya desde hace tiempo sólo basta con el título del libro me parece.
Dejo otro trocito Ampa, pero además un par de pistas, puede que hace mucho lo hayan leído o aún no (de hecho el libro es del 2007 aunque recién ahora lo leí...)





Con un gemido, TESTARUDA sacudió la cabeza y miró hacia el lago.


—¡Que Dios me asista! ¡Realmente no entiendes nada!


—Lo entiendo todo —se defendió TONTO ENAMORADO, deslizando la mano por el
brazo de TESTARUDA para cogerle la mano, llevársela a los labios y besar los
nudillos desnudos—. Tienes mi palabra de que te protegeré con todo lo que
tengo, cariño. Siempre velaré por tu bienestar.


Por un instante, un instante fugacísimo, TONTO ENAMORADO creyó ver el
fulgor de las lágrimas en los verdes ojos de TESTARUDA, pero ésta se zafó con
violencia de su mano.


—Velarás por mi bien, ¿no es así? —repitió con malevolencia—. ¿De
verdad crees que es la maldición lo que me frena?


—Sí —respondió él con toda sinceridad.


—¡Ach! ¡Eres bobo! —gritó ella, haciéndole un gesto de
desdén con la mano—. ¡No quiero convertirme en una SRA. DE TONTO ENAMORADO! ¡Antes me dejaría
matar por esa condenada maldición que convertirme en unaSRA. DE TONTO ENAMORADO! Te he dicho
que ni tú ni tus parientes me merecéis ninguna consideración, pero insistes...


La frustración de TONTO ENAMORADO iba en aumento, se llevó las manos a la
cintura y agachó la cabeza, sin dejar de mirarla a los ojos.


—Las antiguas enemistades no tienen nada que ver con nosotros...


—¡Por supuesto que tienen que ver! —gritó ella y, de repente,
alzando el puño, dijo—:Toma esto. ¡No lo quiero!


Al abrir la mano, TONTO ENAMORADO vio el broche brillando. No se había
percatado de que TESTARUDA se lo había desprendido del pecho hasta ese momento y
sintió cómo el enfado y la decepción le removían las entrañas.


—¿Qué significa esto? —le preguntó con acritud—. ¡Es un regalo de
compromiso!


—¡Pero yo no quiero estar comprometida contigo! —gritó ella—.
¡Pretendes acabar conmigo igual que has acabado con mi familia!


—¿Qué...?


—¡No finjas ser tan ingenuo! Trajiste ovejas a estos lagos y
ahora luchamos por mantener a nuestras vacas con vida. Nos has obligado a
cambiar de vida con tu egoísmo y ahora pretendes obligarme a mí a cambiar mi
futuro con tu egoísmo. ¡No quiero casarme contigo, TONTO ENAMORADO! —gritó TESTARUDA
arrojando el broche, que chocó contra el pecho de TONTO ENAMORADO antes de caer a sus
pies, en un charco de barro que había entre unas rocas—. ¡Nunca he querido
casarme contigo! —continuó TESTARUDA con vehemencia—. ¡Me cuesta incluso soportar
tu presencia! ¡No te aprecio, no te quiero y nunca te querré! ¿Me oyes bien?
¡Nunca te querré! ¡Y si tuvieras un solo hueso decente en el cuerpo, te
retractarías y me liberarías de ese condenado matrimonio que ni busco ni
quiero! —dijo entre sollozos y, tomando una bocanada de aire, juntó las manos y
le suplicó—: Por favor, te lo ruego... ¡no me obligues a hacerlo!


Lo dijo con tal desconsuelo que se balanceó y pareció perder el
equilibrio. TONTO ENAMORADO estiró maquinalmente los brazos para sujetarla, pero ella se
escabulló de sus manos.


—Te lo imploro.


La rabia y la decepción hicieron presa en él, cegándolo con su
fuerza y convicción. Sintiéndose de repente vapuleado y desnudo, TONTO ENAMORADO apretó
la mandíbula. En su furia, pudo ver a TESTARUDA envolverse en su arisaidh, como
si lo temiera.


Él también sentía miedo de sí mismo y apretaba y aflojaba los
puños para contener la oleada de cólera que lo invadía. La había adorado, había
hecho todo lo que estaba en su mano para demostrárselo, había tolerado su
desdén y sus estúpidos intentos de emparejarlo con miss Crowley. Le había dado
fe de todas las cortesías de que era capaz, había sido indulgente con ella, la
había festejado y la había tratado como a una reina... pero en ese momento
pensó que la odiaba. Por primera vez en su vida, TONTO ENAMORADO pensó sinceramente que
odiaba a esa mujer y que no quería volver a verla nunca más.


Otras pistas, es el tercer libro de una trilogía, los primeros dos libros son sobre los hermanos varones, éste es sobre la hermana mujer, y no es ningún western Juana . Si leen con atención verán algunos términos propios de las tierras altas...