Cuando Bree se instala cerca del lago de Pelión, Maine, espera contra toda esperanza que ese sea el lugar donde finalmente encuentre la paz que busca desesperadamente. En su primer día allí se encuentra con Archer Hale, un hombre aislado que guarda en su interior su propio dolor secreto.

«La voz de Archer» es la historia de una mujer encadenada a la memoria de una terrible noche y de un hombre cuyo amor es la llave de su libertad. Es la historia de un hombre silencioso que vive con una herida lacerante y de la mujer que le ayuda a encontrar su voz. Es una historia sobre el sufrimiento, el destino y el poder transformador del amor.

Podría deciros que «La voz de Archer» es una historia preciosa en su sencillez, que nos muestra a dos personas heridas en lo más profundo que encuentran una segunda oportunidad en el destino. Su historia de amor es de las que surgen con la conexión emocional, de las que primero se enamoran del alma de la otra persona —aunque la evidencia es la evidencia, y los dos son también físicamente atractivos—. Es un amor sin artificios, sin juegos de seducción, sin flirteos superficiales, es un amor sincero y transparente, una atracción que surge de lo más profundo.

Podría deciros que Mia Sheridan posee una prosa elegante que llega al corazón y que con una sola historia ya me ha ganado como lectora, pues leería cualquier cosa que estuviera firmada por ella. Describe a los protagonistas como si nos mostrara su alma, unos personajes a los que adoras desde el principio, y te hace sentir que eres testigo de su historia de amor, que ves cómo se enamoran sus corazones. La historia está narrada en primera persona, principalmente por Bree, pero la autora nos regala unos pocos capítulos desde el punto de vista de Archer, porque habría sido una pena perdernos esa parte de él, y unos breves capítulos desde el punto de vista de Archer en su infancia a cual más tierno y conmovedor.

Podría deciros que la ambientación en este pequeño pueblo de Maine es una delicia, que transmite toda la paz y toda la soledad que necesita la historia, que describe bien los dos lados de vivir en un pueblo pequeño, con su lado bueno y su lado malo.

Podría deciros eso. Y todo sería cierto.

Pero lo que voy a hacer es hablar de Archer, un protagonista que llega al corazón, al alma, como pocos lo consiguen. Un hombre aislado y solitario que olvidó sus sueños hace mucho tiempo, que no se considera digno de lo que la vida tiene que ofrecerle como un regalo inesperado, que aceptó hace mucho tiempo que carga con un castigo.

En tres breves flashbacks conocemos a Archer cuando era un niño y aún tenía sueños. En esas escenas dan ganas de abrazarlo y protegerlo del mal que lo acecha, y no hay escena más conmovedora que los gritos silenciosos de ese niño.

Archer es un solitario y lo ha sido desde que tenía siete años, tiene mucho que revelar al mundo, pero ese mundo exterior no le comprende, porque nadie se ha tomado la molestia de intentarlo... Le han llamado «loco», «raro», «sordo»... Nadie ha intentado conocerle. Hasta que una chica deja caer la compra a sus pies y sus miradas se cruzan, porque la vida no volverá a ser igual para ninguno de los dos.

Su tormento va más allá de su problema, de su incapacidad para comunicarse. En un momento su vida cambió por completo, un momento en el que causas y consecuencias se mezclan, y la culpa y la pena con las que ha cargado son algo imposible de comprender.

Pero Archer tiene voz. Una voz maravillosa, habla con la mirada, con la sonrisa, con el corazón. Y tiene mucho que decir.

La evolución que tiene este protagonista me ha emocionado, empieza siendo un solitario que prefiere esconderse a sufrir el rechazo del pueblo, pero su fuerza interior es increíble. Ese amor por Bree que primero le desconcierta y después le asusta es lo que le da fuerzas para dar un paso adelante y demostrarse que es digno de ella.

Así es Archer. Un protagonista insuperable.

Y no es que Archer eclipse a la protagonista, porque Bree es una partenaire perfecta para él. Igual que Archer, ha sufrido. Ella, en lugar de ocultarse, lo que hace es huir lejos, donde nadie la conozca. Me había hecho una ligera idea de lo que le había ocurrido y, aunque el tema iba por ahí, era mucho peor de lo que había imaginado. Ella es dulce y vulnerable, pero fuerte, valiente y luchadora. Una mujer digna de Archer, lo que él necesita porque se complementan, y eso era lo que yo he deseado durante todo el libro: que Archer fuera feliz.

Con todas sus vivencias, los dos parecen tener más edad de la que realmente tienen, porque son muy jóvenes. Sin embargo, Archer conserva una inocencia que le hace entrañable, conoce poco del mundo y le vemos aprender, caer y levantarse con la ayuda y el apoyo de Bree, quien lucha por él incluso cuando él cree que no la merece porque no tiene nada que ofrecerle. Ella le ve, le ve cómo realmente es.

La historia de amor es preciosa, y me parece muy realista cómo avanza, con las dudas, las reticencias, la desconfianza inicial, y también cómo éstas se van dejando atrás. Y los detalles que Archer tiene con Bree son de lo más romántico que he visto.

Los personajes secundarios también me han gustado, no son perfectos y ellos mismo se dan cuenta al empezar a ver a Archer, a verlo de verdad, pero la mayoría transmiten ternura y gracias a ellos Bree empieza a sentir que ha encontrado un hogar.

El libro es una maravilla, no tengo pegas, por historias como ésta es por las que me alegro de ser aficionada a la novela romántica.