venga juana te toca

Este libro aún no lo he leído, pero lo leeré en breveeeee (por suerte en este juego no hay que responder preguntas )


—Bueno —dice—. Verte ha sido una sorpresa muy agradable.
—¿En serio? —Empiezo a sentirme más relajada y más tranquila con la situación.
—Sí, en serio —dice—. Me lo pasé muy bien en la boda de Patrick y Grace. Si me hubieras dejado, me habría pasado la noche hablando contigo.
Me río discretamente. Siento la confianza suficiente para decirle algo más atrevido.
—Bueno —digo con una sonrisa—. Creo que probablemente te habría dejado.
J. me mira fijamente a los ojos y el pulso se me acelera de nuevo. Es innegable que hay química entre los dos. No hablamos, pero la expresión de nuestros rostros lo dice todo. Él lo sabe y yo lo sé. Y me encanta.
—Eh, cariño, ¿tienes un boli? —me pregunta una mujer que está junto a mí en la barra.
—Mmm —contesto, asegurándome de no quitarle a J. la vista de encima. No voy a dejar de mirarlo.
Meto la mano en el bolso para buscar el bolígrafo que sé que está en algún sitio. Decidida a mantener mis ojos fijos en los de J. rebusco con una sola mano.
—Me he ligado al tío más guapo que hayas visto en tu vida hace unos veinte minutos, pero tengo el móvil estropeado y no tengo nada con que apuntar su número —masculla la mujer, pero no puedo entablar una conversación con ella. Ahora no. No puedo hacer otra cosa que no sea mirar a J.
Me atrevo a sonreír, a esbozar una sonrisa, y él hace lo propio, cosa que hace que me dé un vuelco el corazón.
Sin prestar mucha atención, saco las tenacillas de Grace del bolso y las dejo sobre la barra para hacer algo de sitio en mi bolso. Tan pronto como vuelvo a meter la mano localizo el bolígrafo y se lo paso a la mujer.
—Gracias —dice. Luego suelta una risita y se marcha. Su rostro tiene una expresión muy extraña.
No le doy importancia y me vuelvo hacia J. Hasta que me doy cuenta de que su rostro también tiene una expresión extraña.
Molesta porque la magia del momento parece haberse roto, cojo las tenacillas de Grace para volverlas a meter en el bolso. Cuando se encuentran a unos treinta centímetros del rostro de J. reparo en algo.
Lo que tengo en la mano no son las tenacillas.
Es el vibrador de veinticinco centímetros de Georgia.

Capítulo 41
El vibrador era azul en el restaurante. Bajo las luces de la discoteca, es fluorescente. De hecho, es tan fluorescente que podrías usarlo para hacer aterrizar un avión. Sé que lo peor que puedo hacer en tal situación es dejarme llevar por el pánico. Pero para ser sincera, no sé qué más puedo hacer.
Abro los ojos de par en par, cojo el vibrador y lo vuelvo a meter con decisión en el bolso, con la esperanza de que J. no se haya dado cuenta de lo que es. Pero al meterlo con tanta determinación en el bolso pongo algo en marcha. Y el vibrador empieza a vibrar.
Ahora el pánico me domina y meto la mano en el bolso, tratando desesperadamente de encontrar el botón de apagado sin tener que volver a mostrar el vibrador al público. Pero mientras manoseo esa cosa con frenesí, con las manos sudadas y el corazón a mil por hora, me horrorizo al darme cuenta de que al menos hay cuatro botones diferentes.
Sigo mi instinto y aprieto cada uno de ellos, pensando que uno de ellos tiene que ser el que apague la maldita cosa.
Pero no es así. En lugar de eso, el vibrador empieza a dar sacudidas, con un movimiento que esperarías encontrar en una cadena de producción con maquinaria automotriz.
Mi bolso cobra vida propia, cambiando de forma como si en él viviera un animal al que le estuvieran dando descargas eléctricas. Trato de apretar el resto de los botones ansiosamente, y de telón de fondo de esta horrible exhibición se oye el tema My First, My Last, My Everything de Barry White. No importa lo que apriete, solo consigo que las sacudidas sean más violentas y las vibraciones se hagan más fuertes y más fuertes y más fuertes.
Consciente de que me encuentro a escasos centímetros del hombre de mis sueños mientras lucho con un consolador eléctrico de veinticinco centímetros, mi mente se apresura a barajar posibles tácticas. Estoy a punto de tirar el bolso sobre la barra y gritar «¡Bomba!» cuando al fin, afortunadamente se para.
Sudada, temblorosa, miro a J.
—¿Va todo bien? —pregunta.
Trago saliva.
—Esto… sí —contesto, poniéndome recta y dejando el bolso en el suelo, como si lo que acabara de pasar fuera la cosa más normal del mundo.
—¿Y tú estás bien? —pregunto, y me doy cuenta en seguida de lo ridícula que es dicha pregunta. No ha sido él el que acaba de tener una pelea con lo mejorcito de los artículos de Ann Summers y ha perdido.



Besotes
Juana

damas de honor de jane costello?

Sandra escribió:

damas de honor de jane costello?

Sip... la has leído?? Yo, después de leer este párrafo en otro sitio, la he puesto en lo alto de la pila de pendientes

Tu turno, preciosaaaaaa



Besotes

Juana

Juana escribió:

Sandra escribió:

damas de honor de jane costello?

Sip... la has leído?? Yo, después de leer este párrafo en otro sitio, la he puesto en lo alto de la pila de pendientes

Tu turno, preciosaaaaaa



Besotes

Juana

no, no lo he leido, pero he leido algunas criticas y lo del vibrador me ha sonado en cuanto lo he leido yo tambien lo tengo puesto en la lista de pendientes por arriba

ahora pongo cachoo!

Aun tengo lagrimas en los ojos de la risa!!!
Por favor, cuando lo hayas leído Juana, dame tu opinión...

Edito: He buscado la canción de Barry White y es que me parto... ..es perfecta para la situación..

apuntado queda

creo que me lo voy a ler me quede intrigada con eso del vibrador resplandeciente

Sandra, dale !!

Aqui va cacho


Fue una desagradable sorpresa despertar del sueño más placentero para encontrarse con el trasero de un gato directamente contra su cara. Por un momento, CELOSA no logró comprender qué estaba viendo. Después, el espantoso olor que le atacó las fosas nasales le permitió identificarlo. Con un chillido, saltó de la cama. Pero cuando giró en redondo para fulminar con la mirada a la inoportuna criatura que reposaba en su almohada, quedó paralizada al ver a su esposo.
Su grito de indignación lo había despertado. Por obra de sus reflejos de guerrero, estaba ya de pie al otro lado de la cama, espada en mano. No lograba adivinar qué la había alarmado así, como fue obvio por la mirada inquisitivo que le dirigió, con una ceja arqueada.
El fastidio de CELOSA no se calmó. Por el contrario, aumentó considerablemente al caer en la cuenta de que ambos estaban desnudos. Y el recuerdo de la víspera acabó de ofenderla. Por eso, cuando al fin él le preguntó qué la había asustado, CELOSA respondió sin importarle quedar como una tonta. La gata era la culpable de ese nuevo bochorno y sería la gata quien cargara con la culpa.
-Esa rata felina me ha lanzado una ventosidad a la cara.
DESPISTADO no rió. CELOSA lo habría preferido, pues eso hubiera podido aliviar la tensión que aquella situación absurda estaba creando. Lo que hizo fue envainar la espada con mucha calma y volver a la cama. La falta de todo comentario bastó para irritar a la joven. Y lo que acabó de enfurecería fue que él levantara a PUÑETERAGATA para acariciarla.
-¿Y bien? -exclamó ella.
-¿Y bien, qué? Es algo normal. Los animales tienen tantos gases intestinales como nosotros.
-¡Pero ella -aseguró CELOSA, señalando a la culpable con un dedo- lo hizo a propósito!
-¡Qué ridiculez! ¿Por qué odias a los gatos?
-Yo no odio a los gatos. Por el contrario, me gustan. Odio a esa gata y me niego a seguir compartiendo la alcoba con ella. Si no se va, me voy Yo.
Como él se limitó a mirarla en silencio, con aire de considerarla loca, CELOSA salió tempestuosamente de la habitación; se detuvo sólo a recoger la bata que la noche anterior quedara en el suelo. Cuando estuvo afuera, en el pasillo, se le ocurrió que no tenía adónde ir. Ya había asignado su antigua alcoba a DAMA1 y a DAMA2, que la compartían, y no le gustaba molestar a las otras mujeres a horas tan tempranas. Tampoco podía bajar con esas ropas. Aunque apenas estaba amaneciendo, por entonces ya habría algunos sirvientes levantados.
En el pasillo se habían consumido las antorchas; la luz que penetraba por los hondos alféizares era apenas discernible. El pozo de la escalera estaba aún más oscuro, pero CELOSA avanzó en esa dirección. El suelo estaba frío; sentada en la escalera, al menos podía envolverse los pies en la bata. Con un poco de suerte, nadie pasaría por allí; de lo contrario, no se le ocurría ninguna excusa para explicar por qué estaba sentada en la oscuridad, en los peldaños fríos, abrigada sólo con una bata.
Al cabo de un momento empezó a respirar con más calma. El torbellino de sus pensamientos tardó un poco más en serenarse; cuando así fue, dejó caer la cabeza contra las rodillas, gimiendo.
«No hice eso, jesús, dime que no dije ni hice nada de eso.»

Merde!! Lo he leído, y hace poco..

jajajajajajja... Sin miedo a equivocarme con esa GATA malísima... No traiciones a mi corazón de Johanna Lindsey (¡¡Cómo me reí con esa gata y la prota!! )



Besotes

Juana

Sandra escribió:

damas de honor de jane costello?

Pensar que lo tengo en casa, y aun no lo he leido!!

Definitivamente, le tengo que hacer un hueco en el futuro cercano!!

Juana escribió:

jajajajajajja... Sin miedo a equivocarme con esa GATA malísima... No traiciones a mi corazón de Johanna Lindsey (¡¡Cómo me reí con esa gata y la prota!! )



Besotes

Juana

Uysss no llegue a tiempo... de todos modos seguro que estaria como Princesa dandome golpes contra la pared por que me gustó mucho pero no me acordaba del titulo del libro, si me acordaba de que la prota se llama Reina...

Love... yo te lo recomiendo, es un libro muy bonito, con escenas simpaticas y el prota es un bruto total pero que aprende a ser considerado con su dama

Juana escribió:

jajajajajajja... Sin miedo a equivocarme con esa GATA malísima... No traiciones a mi corazón de Johanna Lindsey (¡¡Cómo me reí con esa gata y la prota!! )



Besotes

Juana

si Juana lo mejor es de donde le viene el nombre a la gataa eee

Me parece que es "Desnuda ante la Muerte" de JD Robb

No le he leído..

Fantástica escribió:

Me parece que es "Desnuda ante la Muerte" de JD Robb

Ha durado muuuu poquito

Es tu turno, Fantástica!!!



Besotes

Juana

venga fantastica

Una partecita, a ver si la reconocen:

- ¡Santo cielo, niña, tu pelo! -exclamó su tía de repente- Sigues siendo tan llamativa como lo recordaba. Qué desgracia más horrible y qué dura experiencia para mi hermano, que siempre ha sido la personificación del decoro y la decencia. ¿En qué estaba pensando tu madre cuando te compró ese bonete? Lo único que consigue es poner en evidencia tu pelo. Tendré que buscarte otro. ¿Has traído cofias para llevar en casa? Te daré algunas.

-Sí que tengo... -comenzó a decir BELLAYTALENTOSA, aunque la mirada de su tía se había trasladado de su ofensivo cabello coronado por el bonete hasta su capa, un tanto entreabierta para aliviar un poco el calor. Las cejas de la tía PESADA se alzaron con horror.

-¿En qué estaba pensando mi cuñada al enviarte a mi casa vestida así? -exclamó.

Bajo la capa, BELLAYTALENTOSA llevaba un sencillo vestido de muselina de recatado escote y cintura alta, según los últimos dictados de la moda. Un poco incómoda, bajó la mirada para observarse. -¡Ese vestido es indecente! -exclamó su tía con voz atronadora-. Pareces una ramera.

BELLAYTALENTOSA notó que se sonrojaba. Durante un día y dos noches habían logrado que se sintiera hermosa y deseable, pero las palabras de su tía la devolvieron a la realidad de golpe y porrazo. Era fea; embarazosamente fea, tal y como su padre se había empeñado en hacerle entender, si bien nunca había usado palabras tan crueles como las de la tía PESADA. Aunque tal vez pareciera de verdad una ramera. Tal vez fuera ese el motivo por el que NOBLEAPASIONADO la había encontrado tan deseable. La idea le resultaba en exceso dolorosa.

-Tendré que inspeccionar toda tu ropa -prosiguió la tía PESADA-. Si todos tus vestidos son como este, tendré que ordenar que les saquen a las costuras para conseguir que parezcan un poco más modestos. Espero que PESADO no se vea obligado a pagarte vestidos nuevos. Al menos no este año, cuando ha tenido que sufragar la presentación de PRIMA a la reina y su debut en sociedad, además de todos los gastos adicionales que supondrán la boda y el vestido de novia.

PRIMA era la prima de dieciocho años de BELLAYTALENTOSA, a quien llevaba ocho años sin ver.

-¿Cómo está la abuela? -preguntó BELLAYTALENTOSA.

Su abuela vivía con la tía PESADA. BELLAYTALENTOSA no la había visto desde que era una niña. Recordaba de forma muy vaga a una señora cubierta de joyas y ataviada con vestidos muy extravagantes que hablaba muchísimo, se reía a carcajadas, abrazaba a sus nietas a la menor oportunidad, les contaba historias y escuchaba sus parloteos. BELLAYTALENTOSA la había adorado hasta que se hizo evidente que para sus padres resultaba una molestia y poco menos que un motivo de vergüenza.

-Con la gran cantidad de invitados que llegarán en los próximos días, nos serás de utilidad si le haces compañía -se apresuró a contestar la tía PESADA-. No tendrás mucho más que hacer, puesto que no has sido presentada en sociedad ni has asistido a ninguna temporada y sin duda te sentirías incómoda si participaras en las actividades previstas para la fiesta. Y no me cabe la menor duda de que estarás deseando hacer todo lo que esté en tu mano para demostrarle a PESADO tu enorme gratitud por el hecho de que te haya ofrecido vivir aquí.

No me suena..

Yo no lo he leido... pero ya odio a la tia... grrrrrrrrrr

A la hoguera con ella!!!