Cinco años atrás, la vida de Carey se había derrumbado: no sólo rompió entonces con su único amor; también abandonó su carrera de fiscal tras participar en el juicio y la condena de John William Otis. Ahora, cuando faltan tres semanas para que Otis se siente en la silla eléctrica, Carey sigue teniendo dudas. Y su inquietud va en aumento cuando un siniestro imitador de Otis empieza a actuar.

Carey se siente obligada a averiguar la verdad o perderá para siempre su fe en la justicia. ¿Y quién puede ayudarla en esta misión, si no el detective Seamus Rourke, el hombre que le destrozó el corazón?

Rachel Lee es una autora a la que no conocía, pero he tenido una agradable sorpresa con esta novela. Es una historia que mezcla suspense y amor con un estilo ameno, y a pesar de desarrollarse en la soleada Florida tiene una ambientación sombría que va mucho con el tema principal de la novela: la pena de muerte. El estilo de la autora es pausado, pero el hecho de que la trama transcurra en un periodo de tres semanas le da al mismo tiempo un ritmo trepidante a la novela. Es una historia que engancha al tener una trama emocionante y unos protagonistas tan humanos.

Narra la cuenta atrás del último intento de los protagonistas por salvar a un hombre inocente de la silla eléctrica, un hombre olvidado por todos menos por una de las fiscales del caso, que ya en su momento tuvo dudas sobre la culpabilidad del acusado. Pero ahora que ha sido anunciada la ejecución alguien ha empezado a recrear los crímenes a través de gente que tuvo participación activa en la condena. Se inicia así una investigación por resolver los asesinatos del pasado y del presente, dos casos indudablemente relacionados. La trama de suspense en sí no es complicada, pero el poco tiempo que queda para esclarecer los hechos le da un aire de solemnidad a la investigación, de que no es un caso cualquiera, porque en pocos días no habrá vuelta atrás para una rectificación.

Destaca la historia de suspense sobre la de amor, que queda en un segundo plano, aunque nunca olvidada. Pues esta novela es también la historia de un reencuentro de amores pasados y segundas oportunidades, y me parece muy buena combinación. Es una novela con un ritmo trepidante en la investigación, pero pausado en la relación de los protagonistas.

Hay otras tramas secundarias, como la relación de Carey con sus extravagantes oyentes, una investigación de Seamus en un barrio idílico en el que nadie ha visto nada y el reencuentro con su padre. Pequeñas tramas que sirven para conocer más a fondo a los protagonistas, pero que sólo son pinceladas que permanecen en segundo plano.

Carey fue fiscal en el caso cinco años atrás, tenía sus dudas porque las pruebas eran circunstanciales pero la acusación siguió adelante. Y después de eso no pudo seguir creyendo en la ley, ahora es una conocida locutora de radio que tiene un polémico programa sobre la justicia. Pensaba que había dejado atrás el pasado, pero cuando se anuncia la ejecución del que puede ser un hombre inocente se siente abrumada por la culpa y los remordimientos. Culpa por no haber hecho más por intentar averiguar la verdad, ella que nunca ha estado a favor de la pena de muerte. Y recurre a la única persona que puede ayudarla, el hombre al que no ha podido olvidar, el policía con el que salía entonces y que también participó en la investigación. Aun arriesgándose a sufrir de nuevo siente que debe hacerlo, porque la vida de un hombre es más importante que sus propios sentimientos. Carey ha cambiado mucho en ese tiempo, pero ahora es más segura de si misma, más dura, pero los recuerdos la hacen sentirse vulnerable y para superar el pasado debe enfrentarse a él y averiguar la verdad.

Seamus escucha el programa de Carey todas las noches, pero no esperaba volver a oír su voz pidiéndole ayuda. Aquel caso fue el detonante para su relación, pero ahora se ve inmerso en una nueva investigación junto a Carey. Seamus también lleva a cuestas el peso del remordimiento y la culpa desde hace siete años, se culpa por la pérdida de su mujer y su hija, un peso que le impidió olvidar y encontrar la felicidad junto a la mujer a la que no ha dejado de amar. La historia de Seamus me ha conmovido, tanto su pasado como la relación con su padre, y por supuesto su historia con Carey, con la que se negó a ser feliz por la culpa, pero ahora está preparado para recuperarla. Ahora ve claramente por qué no podía ser feliz, al reconocer los mismos sentimientos en Carey.

La historia de amor de Carey y Seamus se interrumpió hace cinco años, los dos tuvieron sus diferencias pero la obsesión de Carey y los remordimientos de Seamus les impidieron avanzar. Poco a poco se van conociendo detalles de su antigua relación y las razones del fin de ella, no hubo culpables. Simplemente no era el momento para su amor y cometieron errores, pero durante el tiempo que han estado separados sus sentimientos no han hecho otra cosa que crecer en la distancia. Su acto por enmendar un error de la justicia les da la oportunidad de encontrarse de nuevo, de continuar su relación, pero no en el lugar estancado en el que la dejaron, sino habiendo dejado atrás los fantasmas del pasado para entregarse el uno al otro como no habían podido hacerlo antes. Ellos no son los mismos que en el pasado, han cambiado, y ahí es donde se aprecia la evolución de su amor. Son dos protagonistas con virtudes y defectos, con un carácter muy humano que les hace personajes realistas.

No hay muchos secundarios en esta historia, pero es inevitable hablar de John Otis, que aparece poco pero lo suficiente como para mostrar un alma sensible y serena a través de sus poemas, y dejarle claro al lector desde la primera página que es inocente. También son importantes en la historia el padre de Seamus y su compañero en la policía para plasmar parte de la personalidad del protagonista. Y los compañeros de radio de Carey, que me han sorprendido positivamente.

Al final es cuando el ritmo de la trama aumenta porque el momento de la ejecución se acerca. Pero es un final sin grandes giros argumentales, sin sobresaltos, sin momentos de eclosión sentimental, todo avanza con naturalidad. También es un final romántico para los protagonistas en el que esta vez sí han conseguido dejar atrás lo que les atormentaba en el pasado para entregarse el uno al otro.

El tema de la pena de muerte es poco habitual en la novela romántica, quizás porque es difícil hacerlo encajar con una historia de amor. También era un tema importante en "Peligrosa tentación" de Mary Jo Putney, una historia que me gustó mucho, aunque son novelas diferentes. Sin embargo, las dos me han gustado y emocionado.

La combinación de una historia de suspense emocionante y una historia de amor tierna han dado lugar a una bonita novela, con personajes idealistas y de fuerte carácter, con sueños frustrados y fuertes convicciones. Pese a la dureza del tema me ha dejado una buena sensación final.