Chicas... ¿jugamos?

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Feb 2013 - 23:21

No pues no lo he leído.... Entonces quien sigue? @_@

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 0:37

De nuevo Sariita Wink

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 1:26

Perdon chicas por la tardanza, otro extracto de un nuevo libro:

Era fácil de ver. El escándalo seguía a PROTA allí donde iba, y ELLA no tenía la menor intención de dejarse atrapar por ese escándalo.
—Simplemente le estaba ofreciendo una demostración de una sutil diferencia que al parecer no había usted observado —dijo—. Por lo que veo, la sutileza no es su punto fuerte.
—Si es una forma sutil de recordarme que dejé pasar lo que su mirada de lince percibió en ese cuadro lleno de mugre... —Al parecer no lo miró con atención ni siquiera cuando estaba limpio —le interrumpió ELLA—. Por que, si no, habría reconocido la obra de la escuela de Stroganov, y no habría ofrecido la humillante suma de cincuenta libras. PROTA torció el gesto.
—Yo no he ofrecido nada. He expresado una opinión. —Para ponerme a prueba —replicó ELLA—. No obstante, sabe tan bien como yo que el cuadro no solo pertenece a la escuela de Stroganov, sino que es una pieza sumamente rara. Incluso las miniaturas más intrincadas solían tallarse en plata, y por si fuera poco,la Virgen... —Tiene los ojos grises, no marrones —dijo PROTA como si estuviera muy aburrido. —Y casi sonríe. Por lo general parecen muy tristes.
—Enfadadas, señorita . Parecen tener muy mal genio. Supongo que se debe al hecho de ser vírgenes, de experimentar todo lo desagradable de engendrar y dar a luz sin ninguna de sus alegrías.
—Hablando en nombre de las vírgenes, milord—dijo ELLA, inclinándose un poco hacia él—, puedo contarle que hay un montón de experiencias alegres. Una de ellas es poseer una pieza rara de arte religioso que vale, como mínimo, quinientas libras.PROTA se echó a reír.
—No hay necesidad de poner en mi conocimiento que es usted virgen —dijo—. Las distingo a cincuenta pasos de distancia.
—Por suerte, yo no soy tan inexperta en otros asuntos—replicóELLA, sin inmutarse. No me cabe duda de que el ruso loco de Le Feuvre me pagará quinientas libras.También soy consciente de que ese ruso debe de ser un buen cliente con el que desea hacer una ventajosa transacción, lo que significa que me iría mucho mejor en una subasta. —Se alisó los guantes—. En muchas ocasiones he observado que los hombres pierden por completo la compostura cuando se apodera de ellos la fiebre de la subasta.Las ofertas que pueden llegar a hacer son increíbles. PROTA entrecerró los ojos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 1:55

Abandonado a tus caricias de Chase...

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 1:56

Nop, no lo conozco.... T_T

Y el otro libro que se puso antes... Esta bueno???

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 2:25

pricesa escribió:: Abandonado a tus caricias de Chase...

Si ese es!!Te toca guapa

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 8:23

este lo sabia

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 13:13

Como ella no contestaba, él siguió:
—¿Dónde conseguiste el dinero para el pasaje de HERMANO y su ropa nueva?
XX tenía las mejillas ardientes y le dolía tanto el estómago, que pensó que vomitaría allí mismo. XY le hundió los enormes dedos en las mejillas.
—¿Qué clase de vestidos guardas allí, que no quieres que yo vea?
Mientras las lágrimas rodaban por las mejillas de XX y mojaban los dedos de XY, la última y la más terrible de las mentiras salía a la luz. Porque ahora era ya evidente que esas preguntas estaban contestadas. Y ya que estaban contestadas, no era necesario formularlas. No obstante, XY intentó otro dudoso comienzo:
—La primera noche que hicimos el amor, XX…
Pero no pudo terminar de recorrer esa distancia que lo separaba de descubrir lo que no quería descubrir. Guardó silencio. Dejó caer la mano que aferraba las mejillas, se volvió y cruzó a grandes pasos el camino hasta el establo, donde HERMANO estaba hoy trabajando con las pezuñas de Belle. Cuando XY entró, precipitadamente, HERMANO lo miró, esperando tal vez un elogio. En cambio, XY le dijo con hosquedad:
—Muchacho, necesito que me digas la verdad.
HERMANO levantó los ojos de la pata tosca que tenía sobre los muslos.
—¿Tu madre era costurera?
La lima quedó colgando, inútil, de la mano del muchacho. Tenía los ojos muy abiertos.
—No… señor —susurró.
—¿Sabes qué hacía para ganarse la vida?
La pregunta salió disparada como la descarga de un fusil. HERMANO tragó saliva. La pata de Belle cayó con ruido al piso.
—Sí… sí, señor —susurró otra vez y bajó la mirada hasta los pies de XY.
XY no podía ni necesitaba preguntar más. ¿Cómo podía forzar a este alegre muchacho de trece años a identificar a su madre con una prostituta y mucho menos a su hermana, a quien HERMANO amaba mucho más de lo que había amado a su madre?
La voz de XY se hizo más tierna.
—Eso es todo, muchacho. Esa pezuña está muy pareja. Desde aquí puedo ver que tiene el mismo ángulo que la cuartilla. Cuando termines con Belle, puedes sacarla a buscar forraje por un rato. Será un premio por haberse quedado tan quieta contigo.
—Sí… sí, señor.
Pero las palabras fueron apenas balbuceadas. HERMANO seguía con la mirada fija en el piso.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 15:28

"Hacerse querer" de LaVyrle Spencer

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 19:23

Mau escribió:: "Hacerse querer" de LaVyrle Spencer

Claro.

Te toca Mau. Wink

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 19:38

Mientras XX esperaba que su madre continuara, sus ojos se posaron en una reproducción del cuadro de Munch El baile de la vida. La obra representaba varias parejas bailando en una noche de verano. Pero dos mujeres aparecían solas en la escena. La de la izquierda iba vestida de blanco y tenía un aspecto inocente y optimista. La mujer más mayor de la derecha, en cambio, vestía de negro, y los ángulos inflexibles de su cuerpo transmitían la amargura de una aventura amorosa frustrada.

—Algún tiempo antes de casarme —explicó su madre— estuve liada con un hombre, al que quería mucho, hasta que un día me dio la noticia de que estaba enamorado de mi mejor amiga.

Hasta entonces su madre no le había confesado nada parecido. XX aferró el teléfono, incapaz de emitir sonido alguno.

—Fue más que doloroso. Tuve..., bueno, supongo que lo llamarías una crisis nerviosa. No he olvidado nunca la sensación de no poder levantarme de la cama. La sensación de que te pesa demasiado el alma para moverte.

—Lo siento —dijo XX con voz queda—. Cuesta trabajo creer que hayas pasado por algo así. Debió de ser terrible.

—Lo más difícil fue que perdí a mi novio y a mi mejor amiga al mismo tiempo. Creo que ambos lamentaron el dolor que me habían causado, pero se querían tanto que no importaba nada más. Se casaron. Más tarde mi antigua amiga me pidió perdón, y se lo di.

—¿La perdonaste de corazón? —no pudo evitar preguntar XX

Esto provocó una risa amarga.

—Pronuncié las palabras. Fue lo más que pude hacer. Y me alegré de haberlo hecho porque, un año después, murió de la enfermedad de Lou Gehrig.

—¿Y él? ¿Recuperaste el contacto con él?

—Tú lo has dicho. —La voz de su madre se tornó dulcemente árida—. Con el tiempo me casé con él, y tuvimos dos hijas.

XX abrió los ojos como platos ante aquella revelación. Ignoraba que su padre hubiera estado casado antes. Que hubiera amado y perdido a otra mujer. ¿Era ese el motivo de su eterno distanciamiento? Cuántos secretos ocultos en la historia de una familia. En el corazón de un padre o una madre.

—¿Por qué me lo dices ahora...? —logró articular por fin.

—Me casé con PADRE porque le seguía queriendo, aunque sabía que él no sentía lo mismo por mí. Volvió conmigo porque estaba abatido y se sentía solo, y necesitaba a alguien. Pero eso no es lo mismo que estar enamorado.

—Pero él te quiere —protestó XX.

—A su manera. Y ha sido un buen matrimonio. Pero siempre he tenido que vivir sabiendo que yo era su segunda opción. Y no desearía nunca eso para ti. Quiero que encuentres un hombre que sienta que lo eres todo para él.

—No creo que ese tipo exista.

—Existe. Y, XX, aunque dijiste sí al hombre equivocado, espero que eso no te haga decir no al hombre adecuado.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 19:50

No puede ser!!! No he conocido ninguno de los anteriormente puestos!!!! ¡Anda!

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 19:56

Ni idea.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 21:10

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 21:53

El camino de sol de Kleypas Question

me parece.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Feb 2013 - 22:43

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 0:00

Mayralejandra escribió:: El camino de sol de Kleypas me parece.

Muy bien Mayra, te toca!! Chicas... ¿jugamos? - Página 5 309406

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 0:36

Ese lo sabía,

Spoiler:

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 2:27

—¿Volvemos a los mismos reproches? —le preguntó EL bastante molesto—. Porque no estoy interesado en ello.

—Tienes demasiado amor para entregar, y por ese motivo necesitas encontrar un corazón más grande para recibirlo.

—¿Y cree que lo he encontrado en la señorita ELLA ? —le espetó llanamente. Hacía más de trece años que no había sido sincero con su padre. Lo había tratado irrespetuosamente porque se sentía herido—. ELLA me ha dado demasiados quebraderos de cabeza.

—¿No puedes perdonarle que tu hoja de servicio quedase manchada por tratar de salvar a su abuelo? —inquirió sin un titubeo—. Hablamos de una vida, hijo.

—¿De verdad cree que me importaba tanto mi profesión como agente de la corona? ¡Me habría enfrentado a un consejo de guerra por ella! —admitió con voz entrecortada.

—Y entonces, ¿por qué diantres la has traído aqui? Permite que regrese con su padre y todo habrá terminado.

EL pensó que esa alternativa era impensable, al menos de momento.

—No puedo permitir que se marche.

—¿Por qué? —volvió a preguntar PADRE DE EL, cada vez más extrañado. No supo cómo interpretar la turbación en el rostro de su hijo. EL lo miró directamente a los ojos.

—Porque puede estar encinta otra vez.

El asombro que observó en el rostro de su padre lo habría hecho reír si el tema no fuese tan serio.

—¿La forzaste? —le preguntó con un cierto espanto. La mirada de EL fue harto elocuente. Lo había ofendido con esa suposición. Él jamás forzaría a una mujer. ¿Cómo podía preguntarle algo así?—. Perdóname, hijo, pero me siento confuso por tu actitud. Tus palabras muestran que la detestas, y tus hechos todo lo contrario.

—Me siento avergonzado del poco control que tengo cuando estoy con ella.

Tenía que soltarlo, liberar su alma de las cadenas que lo aprisionaban. Que sujetaban sus sentimientos y lo inmovilizaban. Durante más de dos años, y había estado perdido, ahora que la había encontrado, no era capaz de controlar los sentimientos que le inspiraba; y por ese motivo se mantenía apartado.

—A veces resulta una liberación perder el control —le dijo su padre.

EL clavó unos ojos llenos de incredulidad en su progenitor por su respuesta.

—¿Quiere saber la verdad? —le preguntó con voz ronca—. Cuando estoy con ella, me olvido de todo. Derrite mi voluntad como el fuego derrite la mantequilla. Me deja sin fuerzas, sin capacidad para pensar de forma coherente. —Durante su confesión desgarradora, los nudillos de EL estaban blancos de lo mucho que apretaba la madera de la mesa—. Solamente siento deseos de encerrarla entre mis brazos y olvidarme de todo. Del mundo, de la responsabilidad. Siento que es un faro que me alumbra en la negra noche para que lleve mi nave a puerto seguro. ¿Puede entenderlo? ¡Porque yo no!

PADRE DE EL lo miraba atentamente y sin parpadear, pero una sonrisa fue dibujándose en sus finos labios a medida que lo escuchaba.

—Los poetas lo llaman amor —le dijo—, los filósofos, locura, y es el sentimiento más hermoso que existe. —Calló un momento antes de continuar—. Muchos hombres se afanan por encontrarlo, y son muy pocos los afortunados que lo consiguen.

EL apretó los labios.

—Pero ELLA también me hace sentir una inmensa ira. Logra que pierda el control y el dominio sobre mis sentimientos. Quema mis pañuelos, provoca a otros hombres por el simple hecho de existir, consigue que la desee aunque me sienta furioso por sus actos. Es manipuladora, es... la mujer que me vuelve loco —concluyó, profundamente resignado—. Y esa falta de dominio me desquicia.

PADRE DE EL decidió romper una lanza en favor de la mujer que había logrado rescatar a su hijo del mutismo y la indiferencia en que se había mantenido durante tantos años.

—Es la madre de mi nieto. La que ha soportado el desprecio de los suyos por traer tu hijo al mundo. Ha desafiado todas las reglas y normas por amarte. ¡Dios, EL! ¡Era tu deber protegerla! ¡Respetar su inocencia!... —PADRE DE EL decidió callar al ver el rostro avergonzado de su hijo. Imaginó lo duro que debía de resultarle haber quebrantado la regla más elemental de todas: respetar a una muchacha virgen e inocente—. Habla con ella —le aconsejó—. Escucha lo que tiene que decir, y después decide qué deseas hacer al respecto.

Ambos hombres se miraron de frente, con franqueza y respeto.

—Si lo hago, la mataré —le dijo El en un susurro ronco, pero su padre lo dudaba, lo dudaba seriamente.

—Haz de mi nieto un heredero legítimo o si no te mataré yo a ti.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 2:40

Ámame, canalla de Arlette Geneve Chicas... ¿jugamos? - Página 5 682317

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 5:12

No puedo creerlo!!! Si me sabía el de Kleypas!!!!! Como no lo reconocí? Berrinche

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 12:33

[quote="corandra"]Ámame, canalla de Arlette Geneve Chicas... ¿jugamos? - Página 5 682317

[/quuote]

sí Coranda, ee es!!!

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 15:01

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 15:17

Yo no me sabía ninguno de los anteriores Chicas... ¿jugamos? - Página 5 653327

. Ultimamente estoy bastante atrasada en lecturas Chicas... ¿jugamos? - Página 5 650138

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Feb 2013 - 17:45

Aqui va:

IMPULSIVO recorrió los salones del castillo a toda prisa. Las antorchas que ardían a ambos lados flameaban y se debilitaban a su paso. Buscó a Lord SUEGRO esperando, por el bien del viejo caballero, que hubiera tenido una buena razón para permitirle a su hija salir a cabalgar con sólo un perro a su lado. LADY se había ido hacía ya demasiado tiempo, y con el paso de los minutos IMPULSIVO se ponía más furioso con su padre. Sabía que había sido muy rudo con su esposa cuando le dijo que la haría retirar del salón. Pero, diablos, había necesitado tiempo para pensar con claridad y no podía hacerlo con ella allí diciéndole cuánto él amaba a ARPÍA. Por Dios, los ojos de su esposa eran dos esmeraldas consumidas por el fuego, y había querido perderse en ellos para siempre. Había visto el dolor en su mirada, así como el desafío, y se maldijo. No comprendía por qué a ella le costaba tanto confiar en él. ¿Acaso pensaba que sólo porque le había permitido la entrada al Castillo a ARPÍA significaba que huiría con ella? Recordó su ira cuando encontró a la doncella bañándolo. Lo había acusado de desear también a CRIADA. Maldita sea por no creer nunca en él. Por la naturaleza desconfiada de su esposa, cualquiera pensaría que había sido ella la traicionada, en lugar de él. Tendría que conversar con ella al respecto. Ella lo amaba. Él necesitaba reafirmarle que nunca traicionaría ese amor.
Su piel comenzó a arder como si una lengua de fuego lo hubiera recorrido al pensar en el amor de LADY por él. Pensó que era hermosa cuando la vio por primera vez, pero la irresistible combinación de ternura y pasión que le ofrecía hacía que se le ablandaran todos los músculos. Su corazón latió más fuerte cuando pensó en su mirada sensual, en su hermosa sonrisa que le hacía olvidar el pasado y no pensar en nadie más que en ella. Suspiró profundamente recordando los gemidos lánguidos que él le había arrancado. Mientras bajaba las escaleras vio a Lord SUEGRO entrando al castillo.
—¿Dónde ha estado? —le preguntó IMPULSIVO bruscamente, deteniéndose a medio camino en su descenso.
—En las caballerizas —Lord SUEGRO levantó la mirada impasible antes de seguir caminando hacia el gran salón.
—¿Dónde está mi esposa? —continuó su lento descenso restando importancia al hecho de que suegro sólo se había detenido brevemente para mirarlo—. MOZO me dijo que se fue de aquí sola, con sólo uno de mis perros.
Ver a IMPULSIVO era un poco perturbador para Lord SUEGRO APELLIDO.
Vivir en el castillo con él compartiendo vino y risas casi había hecho que el padre de LADY olvidara al astuto, despiadado guerrero que había enfrentado en el campo de batalla. Pero no podía olvidarlo, en especial ahora, cuando sus ojos eran tan mortíferos como su espada. Verlo era como ver la calma antes de la tormenta… una tormenta que podía destruir todo a su paso.
—¿Adónde fue? —preguntó de nuevo. Su mirada severa inmovilizó a SUEGRO en su sitio hasta que IMPULSIVO finalmente lo alcanzó.
—Salió a cabalgar —SUEGRO enfrentó a su yerno directamente. Con sus sentidos afinados a la perfección, estaba muy consciente de cada movimiento que hacía el joven caballero, hasta el más leve. Observó las diestras manos
colgando a sus costados, cerca de su espada.
—A cabalgar —repitió sus palabras, y SUEGRO supo que el adusto caballero no le creía.
—Mi hija necesitaba librarse del deshonor al que usted la sometió hoy, Lord IMPULSIVO —dijo SUEGRO entre dientes sin importarle las consecuencias.
Por un momento el guerrero desapareció, y la compresión seguida del remordimiento inundaron a IMPULSIVO. Pero luchó contra sus emociones tan salvajemente como si fueran un enemigo que enfrentaba en la batalla. Podía estar enamorándose de su esposa, pero nunca dejaría que ese sentimiento volviera a gobernarlo. En el espacio de un momento, la batalla que IMPULSIVO luchó consigo mismo se evidenció en su rostro. Tenía que detener lo que sentía por LADY antes de que fuera demasiado tarde. Oui, tenía que detenerlo porque estaba seguro de que si lo permitía, podría amarla aun con mayor
intensidad, con mayor pasión de lo que había amado a ARPÍA.

Lord SUEGRO se maravilló al observar al esposo de su hija desarmarse y luego recomponerse ante sus propios ojos. Observó cómo un autocontrol nacido sólo para conquistar era a su vez conquistado. Pero duró sólo un instante antes de que el guerrero victorioso regresara. Y ahora el guerrero no hacía nada por ocultar su rabia.

—¿Adónde fue y por qué no ha regresado todavía? —exigió IMPULSIVO.
—¿Por qué? ¿Por qué, pregunta? —SUEGRO estaba furioso, con los ojos entrecerrados en una expresión mortífera—. A usted no le interesa si ella regresa o no. —Se odió a sí mismo en ese momento por haberse rendido ante ese hombre y por haber tenido que darle su hija a un bribón tan desalmado. Había esperado que el normando llegara a amar a su hija, que LADY de alguna manera pudiera sobrepasar sus defensas, pero al mirar dentro de las vastas profundidades de los ojos de IMPULSIVO, sus esperanzas se desvanecieron—. ¿No es eso lo que quería desde un principio, Lord IMPULSIVO? ¿No tener que casarse con mi hija?
—No seré humillado por una esposa que me abandona porque está herida en sus sentimientos —replicó furioso.
SUEGRO lo miró indignado. Quería odiar a este bastardo normando, correr hacia él con su espada, pero su corazón sabía muy bien cuánto le había fallado a su hija, y no hizo otra cosa más que mirar a los ojos helados de IMPULSIVO.
—Si ella es tan fuerte como le enseñé, nunca regresará con usted —le espetó—. Cabalgará y seguirá cabalgando y nunca volverá.
SUEGRO estaba ahora demasiado enfadado como para reconocer el pánico en los ojos de IMPULSIVO ante sus palabras.
—Ruegue —advirtió IMPULSIVO en una voz completamente aterradora— que ella vuelva a mí o usted nunca llegará a ver Normandía.
—¿Me está amenazando, IMPULSIVO?
IMPULSIVO asintió, y miró a SUEGRO con una intensidad imperturbable.
—Oui. Y esta vez tal vez no tenga piedad de usted.
Dos horas más tarde las órdenes de IMPULSIVO podían ser oídas
tronando por los corredores y pasillos del Castillo. Quería que HERMANO se
preparara para cabalgar y que sus otros dos perros estuvieran listos de
inmediato. Lamentaba haber herido los sentimientos de su esposa, pero no estaba
dispuesto a permitir que lo abandonara por ello. La encontraría y luego de
estrangularla por haberlo obligado a recorrer las almenas todo el día, la
besaría hasta dejarla sin sentido, maldita sea.

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