Si te quedas en Escocia – Olivia Ardey
Sinopsis:
Carol Coleman y lord James MacLeod saben que se la juegan. Ella puede perder el trabajo de su vida, él, parte del legado familiar, una pieza de arte única de gran valor sentimental. Ambos serán duros rivales en una subasta. Carol confía plenamente en sus nervios de acero para conseguir otro éxito profesional y adquirirla para su galería, pero el irresistible y persuasivo Mac, le pondrá las cosas muy difíciles... ¿Estarán dispuestos a renunciar a lo que más les importa por amor?
Un engaño inocente, los secretos de Mac, el regreso inesperado del pasado de Carol y el recuerdo de unos hechos sucedidos durante la Navidad de 1914, pondrán en riesgo la firmeza de sus sentimientos.
Que la fuerza del amor y la magia de Escocia les acompañen.
Opinión personal:
«Si te quedas en Escocia» transcurre a caballo entre Londres y un par de ciudades escocesas. Es un buen entorno para emplazar una novela. Londres es una ciudad que me encanta y, Escocia, un país embaucador con mucho peso en la novela romántica, aunque en esta novela, para variar, no encontraremos a los famosos hombres de las tierras altas, aunque sí los famosos kilts. Algo de lo que enseguida te das cuenta cuando viajas allí, es la marcada diferencia entre el carácter escocés y el londinense. Ellos son muy conscientes y las continuas bromas sobre el tema no faltan en ningún pub. Es una de las cosas que creo que la autora ha jugado, con la diferencia de caracteres entre Carol y Mac.
Carol es una joven que se siente en la necesidad siempre de demostrar su valía. Es una mujer independiente, de fuerte carácter, pero tras una personalidad arrolladora y decidida se esconde una mujer que ha pasado su vida sintiéndose menos, quizás por el abandono de su madre biológica, o por no saber encajar el segundo matrimonio de su padre. Algo perfeccionista y demasiado exigente, su reciente fracaso amoroso después de una relación llena de engaños y traiciones han provocado que esté algo desencantada con el amor.
Mac lleva una vida fácil y cómoda, Su situación acomodada hacen que trabaje por gusto y placer, ya que la fortuna familiar le permitiría vivir de rentas. Es un hombre responsable, pero sobre todo encantador, aunque un poco manipulador. Desde el principio hace lo imposible para provocar un encuentro con la que será su contrincante en una subasta, en la que ella se juega su futuro profesional y él, una deuda familiar. Lo que más me ha llamado la atención es la ternura que me ha inspirado este personaje.
En mi opinión, Olivia Ardey abre tantos frentes que es imposible que desarrolle completamente ninguno.
Como historia destacable, nos cuenta el misterio del objeto por el que ambos protagonistas pujarán y el acontecimiento al que ha dedicado el libro. No lo conocía y me ha parecido un hecho precioso, y más la historia de amor que ha salido de este hecho histórico. Me ha sabido a poco y me hubiera encantado que se regocijara más con estos dos personajes.
La historia entre ambos me ha parecido muy ligera. No sé si será una sensación muy personal, pero desde el principio me ha parecido que la historia quedaba concluida y los sentimientos afianzados de una forma muy rápida. Por lo tanto, no le queda más remedio para continuar la historia que poner alguna que otra zancadilla a su relación mediante alguna no diré mentira, pero sí falta por omisión que hace que el otro se sienta traicionado y que luego se solventa de una forma muy fácil y rápida. De su enamoramiento poco sabemos, tras unos cuantos y estupendos encuentros sexuales, estos dos personas que apenas se conocen saben perfectamente que están locos el uno por el otro, algo que me creo porque queda muy claro en la historia y la autora lo da por hecho, tratando su relación como algo consolidado casi desde el primer momento, no porque me lo hayan relatado de una forma convincente. Es algo que suelo encontrarme demasiado a menudo, y no paro de remarcar que en una novela romántica lo que me gusta es leer ese desarrollo.
Es una relación que me ha sabido a poco y, si me apuráis, Mac me ha parecido más otro secundario que un protagonista masculino.
Como he comentado en la novela transcurren varias microhistorias, tal como nos acostumbra la autora cuyo nexo en común es la figura de Carol. La autora retrata a través de las parejas de los padres, el amor maduro pero real y firme, nos habla muy sutilmente de temas tan importantes como el amor paternal, que no siempre viene de la mano de los padres biológicos, temas que me ha gustado encontrar.
La mejor parte, en mi opinión, nos viene de la mano de Mari, una amiga de la protagonista, que mata un poco la seriedad y la rectitud del carácter británico y nos hace divertirnos con más de una de sus locas ideas. En este caso también tendrá su historia de amor, pero al igual que la de la pareja protagonista, nos llega de una forma muy pincelada. Me ha parecido lo mejor de la novela, su frescura, su jovialidad y alegría me ha arrancado más de una sonrisa y esas ideas que pone en marcha con el vecino Friki han conseguido amenizarme la lectura.
Esta vez Olivia Ardey no me ha sorprendido con su novela. Con «Si te quedas en Escocia» vuelve a entretenernos con una historia ligera, amena y sin complicaciones, ideal para pasar una tarde de lectura, pero que se aleja de lo que yo espero de esta autora. No he tenido muy claro quienes eran los protagonistas y, aunque me ha parecido una lectura agradable, no puedo evitar sentirme algo decepcionada. Creo que Olivia Ardey se encuentra cómoda en este tipo de novelas divertidas y cómicas, muy naturales y cotidianas, pero yo hecho de menos algo más de profundidad. Es algo en lo que el gusto personal de cada uno y lo que se busca en una lectura resulta primordial.