Tras sufrir un accidente automovilístico, Kendall Deaton logra rescatar a su hijo del amasijo de hierros y escalar el barranco por el que se han precipitado. Al llegar al hospital, no se atreve a revelar su propia identidad ni la del conductor herido; se limita a decir que se trata de su marido y, en cuanto puede, comienza a planear la huida.

La pesadilla de Kendall comenzó en una pequeña localidad de Carolina del Sur, adonde llegó dispuesta a convertirse en la mejor abogada de oficio del condado. Enseguida se enamoró de un rico y atractivo joven de la localidad, y a los pocos meses de noviazgo se celebró una boda digna de un cuento de hadas.

Pero jamás imaginó que se vería envuelta en una aterradora trama de odio y fanatismo.

El libro empieza con el accidente que cambiará las vidas de varias personas, y a partir de entonces la novela va alternando capítulos sobre el presente y el pasado de Kendall hasta que conocemos la historia completa. Aunque al principio cuesta un poco habituarse, este estilo algo "tarantiniano" de narración de alternar pasado y presente hace más amena la lectura que si utilizara un estilo lineal. Además, consigue mantener el misterio que rodea a las circunstancias del accidente, misterio que se mantiene durante gran parte del libro porque este estilo narrativo permite no desvelar informaciones clave hasta los momentos de máxima tensión. En definitiva, es una historia trepidante y engancha desde el principio.

Kendall es una abogada con principios dispuesta a ayudar al que más lo necesite y por eso aceptó el puesto de abogada de oficio en un pequeño pueblo de Carolina del Sur. A través de varios flashbacks, que van desde el momento de su boda hasta el accidente, descubrimos que tuvo que ir ganándose la confianza de los ciudadanos poco a poco, pues ellos tenían prejuicios sobre que el puesto lo ocupase una mujer. Aunque en un principio le costó adaptarse, al cabo de un tiempo lo consiguió y se instaló junto a su nuevo flamante marido. Pero una serie de acontecimientos le lleva a replantearse su vida en Prosper y entonces, por pura casualidad, descubre el increíble secreto que oculta ese aparentemente apacible pueblo.

Las escenas sobre el presente empiezan a partir del accidente y la estancia en el hospital, y desde aquí tenemos que ir llenando huecos con la información que irá apareciendo poco a poco. Continúa la huida de Kendall, pero ¿de quién exactamente? Porque la busca incluso el FBI.

El hombre que viajaba con ella es un misterio tanto para nosotros como para él mismo, pues ni siquiera recuerda su nombre. Kendall solo le dice que es su marido, aunque él no acaba de fiarse de ella. A parte de eso no tenemos más información de él que los retazos de información que ella le da y los flashbacks, pero está claro que es un hombre protector.

La autora no se prodiga en escenas de amor pues apenas hay, pero hay un par de momentos que están bastante bien. La historia de amor es corta porque hay tanta acción y suspense que no queda tiempo para más, a pesar de ser una novela extensa. Sin embargo, es una historia de amor directa y bonita, se desarrolla en poco tiempo pero no da la sensación de ser precipitada.

Es una muy buena historia de suspense que te va atrapando, cuanto más sabes más quieres saber y los giros de la trama te van intrigando cada vez más, sus casi 600 páginas se leen de una forma muy amena. Nos sentimos identificados con el hombre desmemoriado porque tenemos tan poca información como él, no se sabe quién es, ni de qué huye Kendall, todo lo que conocemos es de manos de la protagonista, de lo que le cuenta al hombre con el que viajaba y a través de los flashbacks.

Entre los secundarios hay personajes bastante pintorescos. Entre ellos, Ricki Sue, la mejor amiga de Kendall le da un toque de color a la historia, es la persona que mejor conoce a la protagonista, tiene un carácter extrovertido y deshinibido y le gusta divertirse. Y juega un papel importante en la historia.

Y por supuesto está el bebé, que le da un aire de ternura a la historia.

El final está lleno de acción y llega en el momento culminante de la novela, Kendall deberá enfrentarse a su pasado si quiere una oportunidad para dejar de huir.

Me ha encantado esta historia por su alta dosis de suspense y acción, y también la historia de amor. Sobre todo es cautivante su capacidad de atraparte y hacer que no puedas dejar de leer. Eso sí, la parte romántica queda claramente en segundo plano por la importancia que coge la parte de intriga.