Mau escribió:

En el único libro de Bonelli que se usa el pronombre "vos" es en "Marlene"

correcto!!!!!!!!!!!! ...

Maryss28 escribió:

Mau escribió:

En el único libro de Bonelli que se usa el pronombre "vos" es en "Marlene"

correcto!!!!!!!!!!!! ...

grrr...este era el segundo que había leído de ella , pero como siempre , Mau es mas rapida..

Sigo sigo...


XX se miró las manos mientras le acariciaba el pelo de nuevo. Como no contestó, XY emitió un gruñido de amargura que hizo que ella reaccionara.

—¿Es que no te has dado cuenta aún? —dijo XX sonriendo—. Me temo que solo sirvo para ser tu duquesa.

—Tú… me harás… mejor.

—Bueno, lo intentaré —dijo ella mientras jugaba con un rizo de la frente de XY—. Pero tú eres el duque, un hombre malo y perverso, y te amo demasiado para conseguir que cambies.

—Malo, perverso… e idiota —añadió él.

—No —repuso XX—. Eras una estrella que yo solo podía ver allá arriba en lo alto y maravillarme. Pero te diste cuenta de mi auténtica naturaleza codiciosa, y me alegro de que hayas caído a tierra y te pueda tener en mis manos.

XY soltó una gran carcajada.

—Una estrella… de hojalata. —Agachó la cabeza y miró al regazo de XX—. No te merezco, pero soy… demasiado degenerado… para dejarte marchar.

—¿Lo ves? —dijo ella—. Somos igual de malos y egoístas.

XY volvió a reírse con ironía.

—No tanto… no tanto, mi XX.

Los dedos de XY seguían entrelazados con los de ella, y él sintió un ardor cada vez mayor en los ojos y en el pecho.

Tras un breve silencio, ella preguntó:

—¿Cómo se llama tu hija?

—Diana —contestó XY, tras lo que tragó saliva y se aclaró la garganta—. La… su familia… la bautizó. —Negó con la cabeza con la vista todavía fija en el regazo de ella—. XX, ¿te das cuenta… de lo que va a pasar? La gente… nos mirará mal. Hablarán de ella. De ti. Serán… crueles.

XX hizo un gesto de desdén con la mano.

—Le enseñaré a saber hacer frente a esas minucias mundanas.

XY levantó la cabeza.

—¿Lo harás?

—Pues claro —contestó ella con total y sereno convencimiento.

A XY se le escapó una ligera risita.

—Patas arriba. Pones mi mundo… patas arriba, XX.

Ella agachó la cabeza y volvió a entrelazar los dedos con los de él.

—Y tú el mío. Eso es lo que me da miedo. Que, con tus besos, me conviertas en una mujer libertina. Y celosa, y temerosa de que no los guardes todos para mí.

XY contempló sus mejillas rosáceas y cómo se mordía el labio inferior y se dio cuenta de que hablaba en serio. Se inclinó hacia delante y acercó sus labios a los de ella.

—XX —susurró mientras le rozaba la boca.

Ella le apretó las manos más fuerte y, girando ligeramente la cabeza, lo besó con abandono y avaricia, con desenfreno y ardor. XY la trajo hacia sí hasta que sus cuerpos se fundieron y las piernas de ella lo rodearon. Él exploró toda su boca y sintió cómo ella respondía con frenesí; su pequeña duquesa que hablaba de tú era tan ferviente en sus pasiones como en sus virtudes. Esas ideas hicieron que XY sonriera, lo cual era bastante difícil de hacer en medio de un beso tan apasionado. Tuvo que apartarse de ella y bajar la cabeza. XX se puso derecha.

—¡Te estás riendo de mí! —dijo mientras intentaba soltarse de él.

—Te estoy amando —contestó él sin soltarle las manos y sonriéndole. Comenzó a darle ligeros besos de mariposa con la lengua a lo largo de la suave curvatura de la barbilla—. Te estoy besando. —Soltó el nudo del gorrito y se lo retiró—. Vida mía. —Le sujetó la cara entre las manos—. Mi dulce amor. Tres caballos propios… dos carruajes… de terciopelo… cámaras… con cojines… cama… mis besos. Todo… solo para ti.

Me NIEGO a responder ...

Besotes
Juana

qué mala!!!!!, ya sabía que vos la sacabas pero bué, si no quieres decir nada.... Igual siempre voy a defender esta novela a pesar de toodooo

Jajaja...Inca, estás cerca cerca

Muy bien, Reina!! No me digan que esa escena no es hermosa, a pesar de Maddy me encanta esta historia...

Mi cacho aconsejado por Sandra

-Monsieur -le suplicó a XY-, le pido que no sea brusco conmigo frente a Pére Antoine. El no lo comprendería.

Sintiéndose como el villano de la obra, XY apenas si tuvo tiempo de responder antes que el sacerdote llegara hasta ellos.

-No tengo intención de hacer públicas nuestras diferencias -murmuró.

Los ojos castaños de CURA brillaron de alegría al ver a Leonie.

-¡XX, querida! -exclamó con ternura-Qué sorpresa tan agradable. -Entonces le tomó la mano con una sonrisa y continuó-. ¿Pero cómo es esto? Oí que habías abandonado APELLIDOELLA para vivir en Natchez con tu esposo. ¿Qué te ha traído de vuelta a Nueva Orleans?

XX señaló a XY con un gesto tímido. -M-mi e-esposo, CURA. Desea visitar la catedral y ver nuestra acta de matrimonio.
CURA se volvió hacia XY.

-¡Qué curioso! Hace poco estuvo un tal AMIGOXY y me pidió exactamente lo mismo. ¿Tiene usted alguna duda respecto a la validez de su matrimonio?

Todo está correcto, se lo aseguro..., como usted recordará, yo mismo celebré la ceremonia.

XY observó su rostro sereno con atención y luego preguntó:

-¿Y fuí yo el hombre con quien la casó? La sorpresa del sacerdote fue muy evidente. -¡Pero por supuesto, monsieur! Conozco a XX de toda la vida y, aunque no le había visto a usted antes de la boda, recuerdo que formaban una pareja adorable.

XY se sentía cada vez más desanimado, pero se obligó a continuar insistiendo.

-¿Y está bien seguro de que yo soy el hombre? ¿No tiene ninguna duda?

Con una expresión confundida, CURA observó las facciones de XY con atención.

-Eso creo -dijo finalmente-. Tal como le dije antes, sólo le vi una vez. Es probable que no le hubiera reconocido de haberme cruzado con usted en la calle, pero al verlo en la catedral junto a XX... -Entonces le miró fijamente a los ojos y agregó con suavidad-. Monsieur, no sé cuál es el problema, pero le aseguro que le reconozco como el hombre con el cual casé a XX..., a menos que usted tenga un hermano mellizo cuyo nombre también sea XY.

El rostro de XY se volvió blanco y en ese segundo, la respuesta a todo el misterio irrumpió en su mente. La sensación de que había algo vital en aquel
viaje a Nueva Orleans en 1799, la pieza que faltaba del rompecabezas y la certeza de que había otro hombre involucrado..., todos esos fragmentos se reunieron por primera vez.

-¡PRIMOXY! -murmuró XY con tanto rencor que CURA dio un paso atrás.

XY apretó los puños de forma inconsciente. ¿Cuántas veces en el pasado, PRIMOXY se había aprovechado de su extraordinario parecido para sustituirlo y
falsificar su firma? "¡Debí haberlo recordado en cuanto vi esos malditos documentos!", pensó con rabia e impotencia.

nop , no lo he leído..

La verdad no me suena de nada...

A mi me suena un montón

pues a mi no que eligió Sandra el libro

quizas un trocito mas nos ayudara ..

Mhm... me parece que es una novela viejita de Jude Deveraux... más tarde chequearé (ahora no puedo )


Besotes
Juana

Ni idea

No engañes a mi corazón de Shirlee Busbee

Acerté en que era...viejito...

Besotes
Juana

Ahí va:


XX soltó un suspiro de
arrepentimiento por haber asustado al alce y volvió a concentrarse en el
lago. No imaginaba qué sería lo que cruzaba a nado por la parte más
ancha del agua, cuando era mucho más fácil rodearla a pie. La
mayoría de los animales eran perezosos por naturaleza o, mejor
dicho, hacían un uso más eficaz de la energía que gastaban. Fuera lo que fuese, aquello que nadaba
hacia ella era demasiado pequeño para ser otro alce y demasiado
grande para ser una rata almizclera o una nutria. Reguló el enfoque
del objetivo y siguió observando, hasta qué por fin vio un alzarse
y caer de brazos que se abría paso por el agua.
¿Brazos? ¿Una persona cruzaba el lago
a nado?
XX podía contar con los dedos de
las manos y los pies la gente que se había encontrado aquel verano:
hacía nueve semanas, unos piragüistas que aprovechaban lo que
quedaba de la crecida de primavera; luego un biólogo, un guarda del
coto de caza, una pequeña partida de pesca y una pareja de mediana
edad residente en ... que buscaba setas comestibles. Se adentró más en los arbustos para
quedar bien escondida mientras aquel desconocido no dejaba de
acercarse. Y es que sí: ahora veía que el nadador era un hombre;
además, tenía hombros anchos, brazos largos y fuertes y una brazada
que cortaba el agua con extraordinaria facilidad. En la cala donde estaba escondida, y
hacia la que se dirigía él, había muchas rocas redondeadas. Con
gracia lenta y rítmica, el nadador se movió justo hasta llegar a
una de las más grandes; entonces puso en ella dos grandes manos y
salió a pulso del agua en un fuerte y perfecto movimiento. XX parpadeó y apartó bruscamente
la mirada del visor. No necesitaba la clara nitidez del teleobjetivo
para ver que el hombre estaba desnudo. Enseguida volvió a mirar a través de
la cámara y ajustó el enfoque. Estaba tan desnudo como el día en
que nació. Se había sentado en la roca y ahora se apartaba el pelo
de la cara y se lo escurría en una coleta a la espalda. Vaya, caray… El tipo tenía un pelo
rubio oscuro que le llegaba al hombro, casi tan largo como el suyo. XX acercó más el zoom y lo dirigió hacia el torso; cuando
apareció en el objetivo, estuvo a punto de dejar caer la cámara.
Era enorme, y no se trataba de una ilusión óptica. Los hombros
llenaban el visor, y cuando el hombre levantó las manos para
apartarse otra vez el agua de la frente, su pecho se amplió hasta
alcanzar proporciones hercúleas.

no sé que libro es , pero me gustaria saberlo..

No lo he leído, seguro