—Mierda, TIMIDA —suspiro el, luego dijo—: Esta bien, pensemos en el peor de los casos. Tu te quitas la ropa y yo veo que eres gorda. Me importara eso? Se que no porque el as-pecto a mi me tiene sin cuidado, pero si tendra importancia para ti. Que podemos hacer? Es mediodia y el sol brilla, entonces eso solo nos deja la oprion de de hacerlo a oscuras. Que tal si uso una venda en los ojos y hacemos el amor de esemodo?

— Tonto? Tu eres quien ha andado rogandome pasar la tarde retozando en el lecho y ahora estas poniendo todo tipo de obstaculos. ¿Quien es el tonto? Esta bien, sin vendas.
Quizas puedas dejarte la ropa puesta. Lo he hecho de esa forma y puede llegar a ser decadente.

—Primero tonto, ahora estupido. —Le lanzo esa sonrisa irresistible de niño. — Mi ego esta siendo bastante atacado.

ATREVIDO le levanto el menton con un dedo y la obligo a mirarlo a los ojos.

—Te deseo. Se como eras ayer y te desee entonces. No estoy proclamando amor eterno, solo un poco de lujuria. Estoy pidiendo que me brindes una tarde de tu confianza. Nada mas. ¿Puedes concedermela?

Era el momento de decidir. Ella lo deseaba tanto... ¿El Riesgo? Enorme. ¿La Recompensa? Igualmente enorme, si todo salia bien. Inspiro profundamente.

Su sonrisa era como una luz infinita. ATREVIDO la cogio de la mano rapidamente, dejo algunos billetes sobre la mesa aunque no habian comido nada, y casi la saco a la rastra del restaurante.

—Antes de que cambies de idea —le dijo al tiempo que emergieron a los treinta y dos grados del calor de Nueva York en julio.

Apenas consciente de lo que la rodeaba, TIMIDA siguio a ATREVIDO durante tres manzanas hasta el edificio de departamentos donde vivia. Era un edificio de ladrillo rojo, mas viejo y de varios pisos, y callado, la llevo en el ascensor hasta el piso diecisiete. Todavia en silencio, abrio la puerta principal con Have y apoyandole la palma de la mano en la parte baja de la espalda la guio al interior. Solo con una delgada capa de seda entre la mano y la piel de ella, el calor que el emitia le dejaba como una marca.

El corazon le martilleaba y tenia los dedos enredados en el genero de los pantalones flojos, doblando y desdoblando la tela. Casi no habfa podido pensar en nada desde que habian abandonado el restaurante y ahora se daba cuenta de que ra-pidamente estaba perdiendo el valor. Parada en el medio de la sala de ATREVIDO, junto a un piano automatico, comenzo a girar hacia la puerta. ¿Por que estaba haciendo esto? Solo terminaria en dolor. Tanto dolor. El se enfriaria totalmente por la falta de experiencia y habilidad de ella y lo peor seria que no lograria disimularlo. Ella ya conocia esa mirada de deception en sus ojos. Ya la habia visto antes.

Tal vez ella era incapaz de tener buen sexo. Había mujeres que sencillamente no nacian con eso y quizas era una de ellas. ¿Alguna vez habia tenido un orgasmo real de esos que partían la tierra? No que lo recordara. Penso en la primera historia que escribio y retrocedio un corto paso con los ojos en el suelo. Comenzo a decide que se marchaba, y de repente lo tenia quieto enfrente. Le levanto el menton con un dedo, provocando que todo el cuerpo se le pusiera rigido. Luego la beso.

Sin tocarla de ningun otro modo, le busco los labios. No fue un beso profundo y sensual, solo un leve contacto de la carne, provocador, tentador. Le hizo cosquillas con la lengua en la comisura de los labios, y ella los abrio con indecision. No le invadio la boca como ella habia esperado, sino que jugo levemente con la lengua.

—No tengas miedo —le susurro, acercandole la boca al oido. —No hare nada que no te guste. Y si algo te pone incomoda y quieres parar, solo levanta la mano. Ni siquiera tienes que decir nada. Solo tocame en el hombro asi. — Se puso la mano de ella en el hombro, y luego le mordisqueo suavemente el lobulo de la oreja. Luego se aparto dejando la mano de ella donde estaba.— ¡Vez! Si me tocas asi tendre que apartarme. ¿Quieres que me detenga?

Lentamente ella retiro la mano del hombro. Dios, no queria que se detuviera. Cuando el le levanto los dedos y se los beso uno por uno, ella temblo casi incapaz de mantenerse de pie. Le cogio la mano y se la puso sobre la pechera.

—¿Por que? —A traves de la bruma sensual eso aun la asediaba—. ¿Por que?

—¿Por que te deseo? Porque si. Quiero pasarlo bien contigo, hacerte el amor. Es eso todo, esa es la unica razon que necesito. Yo no paso horas investigando mis motivos; a veces solo hago lo que se que sera bueno. Y se que esto sera bueno.

La voz de ATREVIDO se torno mas firme y la miro fijamente a losojos.

— Quizas sea el momento de que dejes de buscar motivos para decir que no, cuando ambos sabemos que lo que quieres es decir que si. Ya tomaste la decision cuando dijiste que si en el restaurante y ahora estas dudando de nuevo. —Respiro profundamente—. Es hora de decidirse, TIMIDA. Ahora mismo. —Bajo los brazos a los costados del cuerpo—. ¿Que es lo que quieres?

Podria ella mantener relaciones sexuales del mismo modo que el, ¿solo por diversion? Lo deseaba y finalmente admitio que se estaba comportando de manera tonta. Habia riesgo pero con algo de suerte la recompensa valdria la pena. Lentamente sonrio.

—A ti. Te quiero a ti. Solo me aterra que te decepciones. Parece que piensas que soy capaz de convertirme en una gran amante. ¿Y si no lo soy?

—Deja que yo me preocupe por eso. Creo conocerte, quizas mas de lo que tu misma te conoces. —Le cubrio el rostro con las palmas de las manos—. Dejame hacerlo a mi. —Cuando volvio a buscarle los labios y le deslizo la mano por la espalda para pegarla mas levemente contra su pecho, ella finalmente se dejo llevar.