El anhelo más oscuro - Gena Showalter
SinopsisDespués de varias semanas de torturas en las entrañas del infierno, Kane no quería ni ver a Josephina Aisling, la bella mujer que lo había rescatado. Mitad mujer, mitad fae, Josephina había despertado a Desastre, el demonio que Kane llevaba dentro y con el que había decidido acabar al precio que fuera.
Kane era el único que podía proteger a Josephina de sus crueles enemigos, su propia familia. Era el primer hombre al que había deseado en toda su vida y él también iba a sucumbir a dicho deseo. Pero mientras luchaban juntos en el reino de los fae, iban a verse obligados a elegir entre vivir separados... o morir juntos.
ValoraciónNo sé si es que esperaba más de este libro o que el anterior —el de Paris— le puso el listo alto, pero lo cierto es que este libro no me ha enganchado mucho. De hecho, me ha llevado varias semanas terminarlo.
Pero tengo una idea bastante clara de por qué ha fallado la historia conmigo y ha sido la protagonista. Es una de ésas que yo determino como «del género tonto» y que por supuesto, no me hacen mucha gracia. Lo sorprendente es que nada más entrar en escena el personaje promete, pero de verdad que la autora lo echa a perder. Y sí, le echo toda la culpa a la autora, porque el personaje tenía potencial.
Pongámonos en situación: el libro comienza en el punto donde lo deja el anterior, como siempre. Kane está en el infierno donde le han hecho de todo y más —por cierto, el hombre queda traumatizado para el resto de la historia—. Y de pronto, aparece Josephina que le libera a cambio de una promesa. Esta promesa tarda un par de capítulos en desvelarse —cuando Kane se recupera de las heridas del infierno—, así que tampoco os voy a desvelar mucho si os digo que lo que ella le ha pedido es que la mate. Claro, en este punto estás en plan: «wow, ¿a esta chica qué le han hecho para llegar a esos extremos?». Y de verdad, de primeras el libro os digo que prometía. Pero luego se descafeína del todo.
Según fui conociendo a la prota a mí me creaba rechazo, en serio. Kane la identifica como su compañera al estilo del resto de la saga. Según la ve, quiere estar con ella. Y el hombre hace de todo por acabar con las miserias de la chica —pero obviamente, con otra alternativa que no sea matarla—. Y no es que se ande con sutilezas, no. Sólo le faltaban unas letras de neón indicando que todo lo está haciendo por la prota. ¿Y qué recibe a cambio? «Ha puesto los ojos en mi hermana así que se ha enamorado de ella», «no sé por qué me hace dormir en su habitación cuando quiere a mi hermana», «no sé por qué recibe los latigazos por mí cuando quiere a mi hermana»… Y eso es todo el libro, por cierto. En serio, en lo único que podía pensar era en: «guapa, muérdete la lengua y ahógate con la sangre».
Que sí, que ya sé cuál era el objetivo de la autora. Josephina es la Cenicienta del cuento, pero en versión «infierno», porque obviamente, la madrastra de Cenicienta es un Teletubbie en comparación. Y claro, la autora pretende darnos esa perspectiva de que la prota no tiene seguridad en sí misma. Pero es que hay formas y formas. Porque una cosa es que tu familia se haya cargado tu autoestima y otra cosa es que seas tonta. Kane vuelve incluso al infierno para ir a buscarte, ¿y me vienes con ésas?
De verdad que no he podido con la prota. Ha sido superior a mis fuerzas y cómo no, para mí, se ha cargado el libro.
Luego entraría en escena Kane, un poco en la línea de los últimos demonios. Digo esto porque yo no recuerdo que de inicio tuviera esta sensación con los demonios. No sé si es que me quedan muy lejos sus historias o qué, pero es como si los demonios estuvieran en contra de ellos. En el caso de Kane llega al punto de tener el comportamiento de un parásito mortal, es decir, que infecta a su víctima hasta el punto de matarla aunque eso implique que se muera él también. Y lo que puedo entender en un parásito por aquello de que no razonan, no puedo entenderlo en un ente racional. Lo dicho, yo no tenía esa sensación con los otros. Obviamente, debido a su demonio, tenían consecuencias que los Guardianes tenían que soportar, pero no había ese enfrentamiento tan drástico entre ellos.
En este libro, Kane quiere deshacerse de Desastre porque le hace la vida imposible. Y quiere matarlo sabiendo que él va a morir también. Cualquiera en su lugar diría que el demonio intentaría, no sé… negociar algo, pero no, va a degüello contra Kane. Pues nada, majo, otro del género tonto. Lo curioso es que odia a la prota cuando se deberían entender perfectamente por las escasas neuronas de los dos.
Con las circunstancias que rodean a Kane, la verdad es que no he visto incongruencias en el personaje dignas de señalar. De hecho, sabe sacar bastante provecho a sus cartas como «estrella famosa» del reino de los fae. La vida de Los Señores se cuenta en libros y entre los fae son súperadorados. Así que Kane se aprovecha como es debido del estatus. Vamos, que más o menos actúa en la línea de lo esperado por él, no como Josephina, que mucha inseguridad irracional en su personalidad, pero la tiran a la «Nada» de «La historia interminable» durante mil años (mil, recalco) y vuelve tan campante, sin rencores contra la familia, ¿eh? Yo no sé qué demonios pasa con las autoras cuando se trata de hablar de años, pero ponen siglos a las cosas como si fueran días. Y para lo que quieren, los siglos no mitigan los recuerdos ni las venganzas, pero para otras, lo tratan con una ligereza… De verdad, yo no sé qué se piensa la autora que es estar mil años en el limbo, pero esa chica tendría que haber aparecido en la primera página desquiciada y no tan fresca como una lechuga al amanecer. Pero bueno, ya había dicho que el personaje de Josephina traía cola, así que lo voy a dejar ahí.
De entremedias se nos cuenta a grandes rasgos las historias de otros dos personajes: Torin y Cameo (pero cada uno por su lado). En serio, con lo poco que salen y me engancharon infinitamente más que la historia principal.
La de Cameo tiene especial buena pinta ya que nos abre una trama distinta del mundillo, y que es la que en realidad sigue un poco la trama de la búsqueda de la caja de Pandora. Por cierto, que no sé si el hombre con el que se topa —y que ya conocemos de libros anteriores— será su pareja real, ¡pero sería un buen punto! A mí, desde ya, me convencería totalmente.
En cuanto a Torin, tal y como evoluciona en este libro se ve que su historia es la inminente. Y lo he mirado —porque no lo sabía— y ya he visto que sí es la siguiente. Por ser el demonio que es, lo cierto es que se plantea una historia interesante.
En términos generales, con lo que me quedo de esta historia es con el final. Como siempre, Gena se curra unos finales dignos de mención y con los que ves que toda la historia casa aunque en un inicio pudieras pensar cómo demonios se va a llegar a ese final. Recordad que Kane había hablado con las Moiras y éstas le habían comunicado determinado final para él —y sin contar con el cuadro de Danika que le pinta—. Por supuesto, no pienso revelar ni una coma al respecto del final, lo tendréis que leer. Pero sí, la autora se currado el final.
En definitiva, puede que para mí, el libro de Kane no me haya llegado por todo lo que ya he comentado, pero se han plantado buenas bases para querer leer el siguiente. Os aseguro que a mí no me ha quitado las ganas de querer leer el siguiente. Lo espero impaciente.