2’5 Estrellas. No es el mejor libro de la serie, y a pesar de las dos estrellas le doy el aprobadillo. En “Juego peligroso” nos encontramos una historia muy típica de le regencia, que quizás llevada de otra manera podría haber disfrutado más, pero el mayor inconveniente que le pongo al libro es que se me hacía a ratos algo aburridillo, y los protagonistas me han parecido algo sosos, como si les faltara chispa.

Este libro empieza poco después de las historias de los Georges. Por ser Anne uno de los nexos de la serie, admito que tenía ganas de su historia, pues la pobre Anne, la hija de un duque, que nació con un pie lisiado y siempre estuvo sobreprotegida, estuvo ennoviada con nada más y nada menos que dos Pícaros, y ambos la dejaron para casarse con otra (en sus respectivas historias). ¿No se merecía Anne su propia felicidad tras esos desprecios? Sí, y ya era hora de su propio libro.

En cuanto al protagonista, Racecombe de Vere, uno de los joviales amigos de los Pícaros, a quien conocimos en la historia de Con, le corresponde ser el caballero de Anne. Pero Race es todo lo que Anne no debería desear en un pretendiente; a parte de sus modales, educación y amistades, Race es un don nadie, no tiene dinero, título, ni posición, lo que lo hace totalmente inadecuado, pero detalle que a mí me ha encantado, pues siempre admiro a los protagonistas plebeyos.

La noche que ambos protagonistas se conocen, sucede algo, ambos se quedan maravillados el uno con el otro, pero Race es consciente de que Anne debería aspirar a alguien mejor que él, e involuntariamente le hace daño e intenta poner distancia entre ellos. Lo acaecido ayudará a Anne lo suficiente como para saber que no quiere permanecer soltera, y que necesita casarse, así es como tras pasar una temporada en Londres y otra en Brighton armará un lío espantoso que al final hará que ambos protagonistas vuelvan a encontrarse.

Como romance me ha faltado más chispa, lo dice arriba, me ha parecido más bien aburridillo y necesitaba algo más de pasión, el romance tarda en aparecer y no está demasiado presente casi hasta el final. Pero al fin y al cabo he terminado disfrutando la historia gracias a lo que presenta éste libro, que es nada más y nada menos que al Duque de Saint Raven, él sí me ha parecido un gran personaje secundario de éste libro, y estoy deseando leer el suyo, que es el siguiente.

debatiendo apellidos una vez que ella sabe que es bastardo y le dice que le gustaba el apellido Ramsbotton que significaba trasero de carnero

Después de que Anne fuera secuestrada por el cuervo, y después de que Tris deje escapar a Anne con Race para que se casen en Gretna Green.

Justo ahí Tris se encontrará con Cressida y empezará la acción.

4 Estrellas para esta vuelta a los "Pícaros" de Jo Beverley.

El libro anterior me pareció bastante flojillo en cuanto a historia y romance, si algo me dejó con ganas fue la aparición estelar del Duque de Saint Raven, sabía que debía leer su libro, y sí, aquí está su historia.

Tristan es descrito como un libertino y un vividor que vive para el placer, pero éste es sutil y nada vulgar, lo justo para ser refinado como duque que es. Aparte de lo que pueda parecer, es un hombre bueno, íntegro y un auténtico encanto. Por eso una noche, cuando se hace pasar por quien no debe, intercepta un carruaje que lleva al disipado vizconde Crofton y a una damisela inocente y de buena familia, hacia la finca de Crofton para participar en una orgía. Tristan no lo piensa y se lleva a la dama para que no cometa una locura, pero las intenciones de ésta son muy distintas.

Cressida lo tenía todo pensado. Es la hija de un rico mercader, pero éste ha perdido toda su fortuna jugando a las cartas contra lord Crofton, y la salvación de su familia se halla en forma de joyas dentro de una estatuilla erótica que su padre trajo de la India, y que se encuentra en la finca de Crofton (que antes era de los Mandeville, la familia de Cressida). Su idea era persuadir a Crofton para que la llevara a su finca, y así poder recuperar las joyas, pero la irrupción del bandolero conocido como Le Courbeau trastocó sus planes, pues no solo la descubre con Crofton, si no que para más inri la ha raptado.

Tras esta primera aventura, que da al traste con los planes de salvación de Cressida, ésta le confiesa a su captor quién es y lo que buscaba en la finca de Crofton. Lejos de pensar que lo pondría de su parte, no solo convence a éste misterioso hombre, que no es otro que el Duque de Saint Raven, sobre su historia, si no que Tris, sin esperar nada a cambio, decide ayudar a la dama a recuperar sus joyas.

Así es como empieza esta divertida historia de enredos al más puro estilo Regencia inglesa. Lo he pasado muy bien leyéndola, y me ha demostrado que Jo Beverley era escritora de ciertos libros, por muy largas que fueran sus series, tenía libros muy bueno, o muy tediosos, pero en éste libro, al igual que ocurrió con "La heredera del Diablo" me ha convencido la historia y el romance de los personajes.

"El Duque de Saint Raven" se divide en dos partes muy diferenciadas, una primera mitad, donde nuestros protagonistas se conocen de un modo tan estrambótico y que ocurre casi en su totalidad en la orgía de Crofton, que aunque interesante, no he podido imaginarla de otro modo que repulsiva, y que también se me ha hecho un poquito lenta y pesada. Pero luego tenemos una segunda parte donde afloran de otra manera los sentimientos de los protagonistas, donde realmente admiras la determinación y entereza de Cressida, pues de estúpida no tiene nada, y donde no puedes si no enamorarte de Tris y de cómo trata a Cressida; sin duda es uno de los pocos protagonistas masculinos de Jo Beverley a quien realmente he visto enamorado de su pareja femenina. También ésa segunda parte traerá una serie de giros y sorpresas que son la mar de divertidos para el lector.

A mí desde luego la historia de Saint Raven me ha convencido, y me ha dejado con ganas de seguir leyendo a los Pícaros, pero eso será en otro momento.

Lo dije en su correspondiente post y lo repito, es mejor quedarse en los 5 hermanos, los demás sobran   Demasiado fuerte el chasco