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| Serie Night Huntress - Jeaniene Frost | |
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Autor | Mensaje |
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
| | | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| | | | rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
| | | | *Sashkia* Diosa Atlante
Mensajes : 1082 Edad : 40 Localización : Asturies Inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Lun 1 Ago 2011 - 13:03 | |
| Ains, he estado liada entre el curro y las vacaciones....y no he leido nada, eso si, esta semana me termino el 5º si o si, que luego no puedo pasarme 3 semanas sin saber que pasa con mi pareja favorita... y menudas tentaciones que me dan de abrir los spoilers... |
| | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Lun 1 Ago 2011 - 17:36 | |
| jajajajajaja es que son muy irresistibles de abrir, yo me leo casi todos los spoilers, pero cuando veo que empiezan a revelar muchas cosas entonces hago un gran esfuerzo para no abrirlos y arruinarme el libro |
| | | *Sashkia* Diosa Atlante
Mensajes : 1082 Edad : 40 Localización : Asturies Inscripción : 21/04/2010
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Jue 4 Ago 2011 - 9:29 | |
| Terminado!!!! Me ha encantado!!! Lo que he visto es que el sexto sale en agosto de este año, sabeis algo???? y... es que si las paginas estan en ingles no me entero de nada - Spoiler:
que picarón Don, Cat pensando que alucinaba viendo a su tio y es que este se ha convertido en un fantasmiko
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| | | *Sashkia* Diosa Atlante
Mensajes : 1082 Edad : 40 Localización : Asturies Inscripción : 21/04/2010
| | | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Jue 4 Ago 2011 - 11:43 | |
| Es que te digo que Bones es una belleza de hombre Y sí! El sexto libro sale en este mes de agosto, pero no se que día, actualmente en la pagina web de Jeaniene Frost tiene posteado hasta el capítulo 3 como comento Kirian antes ya veré como le hago para ponerlo acá en español y compartirlo con ustedes y el libro empieza exactamente donde terminó el 5to cuando Cat - Spoiler:
Le dice a Don trae tu trasero hasta acá o algo así
se ve que va a estar excelenteeeeeeeeee |
| | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Jue 4 Ago 2011 - 19:40 | |
| - eteline escribió:
- ya veré como le hago para ponerlo acá en español y compartirlo con ustedes
Igual me meto donde no me llaman, pero yo tenía pensado traducir los capítulos este finde para una amiga que no habla inglés. Si puede servir... |
| | | Inca Bruja de La Cueva
Mensajes : 22060 Edad : 102 Localización : EN LA CUEVA Empleo/Ocios : Hechicera / hechizos, akelarre Humor : Si tocas mi Harem, lo sabrás!! Inscripción : 23/03/2008
| | | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| | | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Jue 4 Ago 2011 - 23:00 | |
| creo que en ese caso lo puedes poner en un spoiler y así no ocupa demasiado espacio solo pones antes que son las capitulos y el texto no lo pones en el spoiler, pero esperemos a ver si una de las chicas que sabe más nos confirma esto y gracias por querer compartir tu traducción con nosotras |
| | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Jue 4 Ago 2011 - 23:35 | |
| Vale, lo haré así si nadie dice lo contrario. Y, no hay por qué dar las gracias. Encantada de compartir la traducción. Creo que está quedando bastante bien, ya me contaréis Es que empecé ahora con la intención de traducir un par de páginas, pero ya llevo como unas ocho, y me está resultando más fácil de lo que creía, así que pienso que la tendré muy pronto |
| | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| | | | *Sashkia* Diosa Atlante
Mensajes : 1082 Edad : 40 Localización : Asturies Inscripción : 21/04/2010
| | | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Vie 5 Ago 2011 - 11:12 | |
| Pero qué fuerte me parece todo Sí, a ver, es que estoy terminando la traducción de los capítulos que la autora colgó en la web y... ¿Cuándo decís que se va a publicar? Necesito seguir leyendo Una cosita: supongo que Bones ya es parte del harén de alguien, ¿verdad? |
| | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| | | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| | | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Vie 5 Ago 2011 - 14:28 | |
| En primer lugar, perdón por el doble posteo, pero es que quería colgar el prólogo y ya es lo bastante largo como para editar mi mensaje anterior Lo que voy a hacer, si a las moderadoras les parece bien, es colgar un capítulo en cada post, porque sino va a ser un tochopost que igual hace implosionar el foro, o algo Bueno, espero terminar esta tarde con la traducción del resto de los capítulos que colgó la autora, pero os dejo para abrir boca el prólogo. Ya me diréis si os gusta la traducción. Tengo la costumbre de no traducir "literalmente", más bien trato de adaptar las expresiones a las correspondientes en castellano, para que no suene raro a nuestros oídos, pero no tiene porque gustarle a todo el mundo No me lío más: ahí queda el prólogo: - Spoiler:
Una tumba de cada vez Prólogo Cementerio Lasting Peace Garland,Texas —Donald Bartholomew Williams, ¡trae tu culo aquí, ahora! Todavía flotaba en el aire cuando un movimiento atrajo mi mirada hacia la derecha. Justo detrás de una lápida con la forma de un pequeño ángel lloroso, estaba mi tío. Don me miró mientras alzaba su ceja de un modo que expresaba su malestar con más elocuencia que una letanía de palabras. Con su traje y corbata, y el pelo gris peinado hacia atrás en su impecable estilo habitual, Don parecería un hombre de negocios de mediana edad para cualquiera que lo mirara, excepto por una cosa: tenías que ser un no-muerto o un psíquico para poder verlo.
Don Williams, ex jefe de una rama secreta de Seguridad Nacional que protegía al público de malvadas criaturas sobrenaturales, había muerto hacía diez días. Sin embargo, allí estaba él. Un fantasma.
Yo había llorado a su lado cuando tuvo el fatal ataque al corazón, había ido a su cremación, me había portado como un zombi durante todo el proceso, e incluso había llevado sus cenizas a mi casa para poderlo tener cerca de mí. Y no sabía lo cerca que había estado Don, teniendo en cuenta todas esas veces que había creído verlo por el rabillo del ojo. Había creído que los breves destellos de mi tío no habían sido más que espejismos inducidos por el dolor hasta hacía cinco minutos, cuando me di cuenta de que mi marido, Bones, podía verlo también. A pesar de que estábamos en medio de un cementerio en el que aún había cuerpos esparcidos por la reciente batalla y que tenía balas de plata ardiendo dentro de mí como pequeñas hogueras agonizantes, lo único en lo que podía concentrarme era en que Don no quería que yo supiera que seguía fuera de la tumba.
Mi tío no parecía muy contento de que yo hubiera descubierto su secreto. Una parte de mí quería abrazarlo, mientras que otra parte quería sacudirlo hasta que le temblaran los dientes. ¡Debería habérmelo dicho, no acecharme como si jugara una versión fantasmal del escondite! Por supuesto, a pesar de mis dos impulsos, ahora no podía ni sacudir, ni abrazar a Don. Mis manos se deslizarían a través de su nueva forma diáfana, y además, mi tío no podía tocar nada —o a nadie— corpóreo. Así que todo lo que pude hacer fue mirarlo, luchando contra la confusión, la alegría y la incredulidad, combinadas con cierta irritación por su engaño.
—¿No vas a decir nada? —pregunté finalmente.
Su mirada gris se posó unos metros más allá de mí. No necesitaba darme la vuelta para saber que Bones estaba a mi espalda. Desde que me había trasformado de mestizo en vampiro completo, podía sentir a Bones como si nuestras auras sobrenaturales estuvieran entrelazadas. Y lo estaban, supongo. Todavía no lo sabía todo acerca de la conexión entre un vampiro y su sire. Sólo sabía que existía, y era poderosa. A menos que se escudara, podía sentir las emociones de Bones como si se tratara de una corriente continua en mi psique.
Así es como supe que Bones estaba mucho más controlado que yo. Su impacto inicial por el descubrimiento de Don como un fantasma, había dado paso a una contemplación vigilante. Yo, en cambio, aún me sentía como si mis emociones estuvieran en un torbellino. Bones se situó junto a mí, su mirada marrón oscuro clavada en mi tío.
—Puedes ver que ella está a salvo —dijo Bones, un acento inglés coloreando sus palabras—. Detuvimos a Apollyon, así que ghouls y vampiros están en paz de nuevo. Puedes ir en paz. Todo está bien. La comprensión floreció en mí junto con un chorro de desgarradora emoción. ¿Fue por eso que mi tío no había "cruzado", como debería haber hecho? Probablemente. Don había sido incluso más fanático del control que yo, y aunque había rechazado mis repetidas ofertas para curar su cáncer al convertirse en un vampiro, tal vez había estado muy preocupado por las hostilidades entre no-muertos como para abandonar por completo cuando había muerto. Yo había visto al menos a un fantasma permanecer el tiempo suficiente para garantizar la seguridad de un ser querido. Asegurarse de que yo había sobrevivido a la batalla, y proteger a la humanidad previniendo un conflicto entre vampiros y ghouls fue sin duda el ancla que había tenido Don aquí, pero ahora, como había dicho Bones, se podía ir.
Parpadeé para alejar la repentina humedad en mis ojos. —Tiene razón —dije con voz áspera—. Siempre te amaré y te echaré de menos, pero tú… Tú tendrías que estar en otro lugar ahora, ¿no te parece?
Mi tío nos miró a los dos con expresión sombría. A pesar de que no tenía pulmones reales, sonaba como si hubiera dejado escapar una respiración lenta, aliviado.
—Adiós, Cat —dijo. Las primeras palabras que me dirigía desde el día en que había muerto. Entonces el aire a su alrededor se nubló, desdibujando sus rasgos y ocultando su figura. Bones me tomó la mano y sentí sus fuertes dedos encrespándose alrededor de los míos en un apretón reconfortante. Por lo menos Don no sufría por el dolor, como la última vez que me había tenido que despedir de él. Traté de sonreír cuando la imagen de mi tío se desvaneció por completo, pero el dolor me golpeó en una nueva oleada. Saber que iba donde pertenecía, no significaba que no me doliera perderlo.
Bones esperó un momento después de que Don se desvaneciera, antes de volverse hacia mí.
—Gatita, sé que es un momento difícil, pero todavía tenemos cosas que hacer. Como quitarte esas balas, hacer desaparecer los cuerpos…
—Oh, mierda —murmuré.
Don apareció tras Bones mientras éste hablaba. Frunció el ceño en un gesto muy característico, y agitó los brazos en una menos característica demostración de exceso emocional.
—¿Alguien puede explicarme por qué demonios parece que no me puedo ir?
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| | | eteline Celebrando una cena en tu honor
Mensajes : 7419 Edad : 49 Localización : Ciudad de Panamá Empleo/Ocios : Leer Mucho Humor : Alegre y Explosivo Inscripción : 20/09/2010
| | | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Sáb 6 Ago 2011 - 0:11 | |
| Pues apura, que ya viene el primer capítulo y se te va a acumular el trabajo Ya terminé, por cierto, sólo me queda repasarlo, y mañana colgaré lo que falta. Veintiocho páginas en dos noches... No es mi record, pero no ha estado mal - Spoiler:
Capítulo uno
Estrujé la factura que había frente a mí. No la tiré porque no había sido culpa del sacerdote que enterrar las cenizas de Don en terreno sagrado no hubiera servido para enviar a mi tío al Más Allá. Hasta ahora había intentado todo lo que nuestros amigos —vivos, no-muertos, o de cualquier otra manera— habían sugerido para que mi tío cruzara de este plano al siguiente. Nada de eso había funcionado, como demostraba la figura de Don flotando junto a mí, sus pies sin tocar el suelo.
Su frustración era comprensible. Cuando mueres, a menos que sea sólo parte de un proceso de cambio para convertirte en un vampiro o ghoul, se espera que no te quedes atrapado en la tierra. Sí, yo había estado con fantasmas antes —mucho, últimamente—, pero teniendo en cuenta el número de personas que murieron en comparación con el número de fantasmas que existían, las probabilidades de conseguir convertirte en Casper eran de menos de un uno por ciento. Sin embargo, mi tío parecía estar atrapado en este extraño estadío entre mundos, tanto si le gustaba, como si no. Para alguien que había sido casi maquiavélico en su habilidad para manipular las circunstancias, su impotencia actual tenía que dolerle mucho.
—Intentaremos otra cosa —ofrecí, mostrando una falsa sonrisa—. Oye, eres un profesional en la superación de obstáculos insuperables. Te las arreglaste para evitar que los estadounidenses averiguaran algo sobre el mundo sobrenatural a pesar de complicaciones como los teléfonos móviles con cámara de vídeo, Internet y YouTube. Encontrarás una manera de seguir adelante.
Mi intento de alegría sólo me hizo ganar una mirada torva.
—Fabián nunca encontró la manera de cruzar —murmuró Don, agitando la mano para señalar a mi amigo fantasma que acechaba en las afueras de mi oficina—. Tampoco lo hizo ninguno de los muchos otros que han encontrado su camino hacia ti desde que te has convertido en un imán fantasmal.
Me estremecí, pero tenía razón. Había pensado que nacer como la hija de un vampiro y un humano era el colmo de la improbabilidad, pero sólo mostraba mi falta de fe en el retorcido sentido del humor del destino. Convertirse en un vampiro completo me puso sin ninguna duda en el primer puesto como la persona más extraña del mundo. No me alimentaba de sangre humana como cualquier otro vampiro. No, yo necesitaba de la sangre de los no-muertos para sobrevivir, y absorbía más nutrientes de ella. También absorbía —temporalmente— cualquier habilidad especial que tuviera el dueño de la sangre. Beber de un ghoul que tenía lazos increíbles con la tumba me había hecho irresistible para cualquier fantasma que se encontrara en el mismo código de área que yo. En privado me preocupaba que mis nuevas habilidades prestadas pudieran ser una de las razones por las que Don no podía cruzar todavía. Estoy segura de que la idea se le había ocurrido también, de ahí su actitud habitual de gruñón conmigo.
—Pídeles que bajen el tono, gatita —murmuró Bones entrando en la habitación—. No puedo escuchar ni mis malditos pensamientos.
Elevé mi voz para asegurarme de que llegaba no sólo alrededor de la casa, sino también al porche y al patio trasero.
—Chicos, por favor, la charla un poquito más bajo.
Decenas de conversaciones se silenciaron al instante a pesar de que yo había expresado una petición y no una orden. Todavía me sentía incómoda con la manera en que mi nueva e indeseada capacidad hacía que los fantasmas tuvieran que obedecer a lo que les mandara. Yo no quería ese tipo de poder sobre nadie, así que era muy cuidadosa en la forma en que me comunicaba con los espectros de los muertos. En especial con mi tío. «Cómo han cambiado las cosas», pensé. Durante años, cuando trabajaba como uno de los soldados de élite del equipo de Don, me irritaba tener que seguir sus órdenes. Ahora él tendría que seguir las mías si yo quería, algo que había anhelado en aquel entonces… Y de lo que no podía esperar para deshacerme ahora.
Bones se hundió en la silla más cercana a mí. Su cuerpo delgado y musculoso irradiaba una mezcla embriagadora de sensualidad y energía en espiral, a pesar de que estaba sentado en una postura casual, con uno de sus pies desnudos apoyado en el muslo. Su pelo oscuro estaba húmedo de la ducha reciente, por lo que sus rizos cortos se aferraban con fuerza a su cabeza. Una gota de agua perdida rodó perezosamente por su cuello hacia su firme pecho, haciéndome humedecer los labios en mi repentina urgencia de seguir su camino con mi lengua.
Si nos quedáramos solos, no habría tenido necesidad de reprimir ese impulso. Bones estaría más que dispuesto a disfrutar de algunas “delicias de tarde”. Su impulso sexual era tan legendario como su peligrosidad, pero con dos fantasmas mirándonos, mis exploraciones lengua tendrían que esperar hasta más tarde.
—Si más fantasmas ruidosos siguen apareciendo, voy a plantar ajo y marihuana alrededor de toda la casa —dijo Bones en tono conversacional.
Mi tío lo fulminó con la mirada, sabiendo que ambos artículos en grandes cantidades podrían repeler la mayoría de los fantasmas. —No hasta que yo esté donde debo estar.
Tosí, algo que no tenía necesidad de hacer, ya que la respiración era algo opcional para mí.
—Por el tiempo que llevo con este poder, no debería tardar en salir de mi sistema. El tiempo más largo que ejercí habilidades prestadas fue de dos meses. Han pasado casi tanto desde que... bueno.
Todavía no se sabía que Marie Lavaeu, Reina Vudú de Nueva Orleans, había sido la razón por la que ahora era el equivalente de una madre adoptiva fantasmal. Había sido su sangre, que me había visto obligada a beber. Sí, comprendí más tarde por qué me había hecho lo que me hizo, pero a la vez, había sido algo más que un poco molesto.
—Conocí un fantasma que tardó tres semanas en cruzar —habló Fabian desde el marco de la puerta. Mi sonrisa de gratitud llegó hasta él—. Estoy segura de que Cat pensará en algo que le ayudará a hacer el viaje —añadió con absoluta confianza.
Bendije a Fabian. Los verdaderos amigos vienen en todas las formas, aunque sean transparentes.
Don no estaba convencido.
—He estado muerto por más de cinco semanas —respondió brevemente—. ¿Conoces a alguien que se tomara tanto tiempo para cruzar?
Mi móvil sonó, dando Fabian una excusa para no responder. La interrupción llegó justo a tiempo porque, teniendo en cuenta su expresión, a Don no le habría gustado la respuesta de Fabián.
—Cat.
No necesité mirar el número para reconocer a Tate, mi antiguo primer oficial, sólo esa sílaba. Probablemente llamaba para hablar con Don, pero como la voz de un fantasma no viajaba bien a través de la tecnología, yo tenía que actuar como intermediaria.
—Eh, ¿qué hay? —dije, vocalizando para Don: «Es Tate».
—¿Puedes venir al complejo esta noche? —La voz de Tate sonaba rara. Demasiado formal—. Al consultor del equipo de operaciones le gustaría conocerte.
¿Consultor de Operaciones?
—¿Desde cuándo tenemos uno de esos? —pregunté, olvidando que yo no era parte del equipo desde hacía tiempo.
—Desde ahora —replicó Tate en tono neutro.
Eché un vistazo a Bones, pero no esperé a su encogimiento de hombros antes de responder, consintiendo. No tenía planes importantes, y mi curiosidad se había despertado. —Muy bien. Te veré en un par de horas.
—No vengas sola. —Tate susurró la última parte justo antes de colgar. Mis cejas se levantaron, más que por sus palabras, porque él había hecho la frase inaudible a cualquiera que no tuviera una audición sobrenatural.
Una cosa estaba clara: sabía que no me estaba pidiendo que llevara a Bones, ya que Tate sabía que siempre me acompañaba en mis visitas a mi antiguo lugar de trabajo. Tate debía referirse a alguien más. Y sólo había una persona en quién podía pensar.
Me volví hacia Don. —¿Te apetece una excursión al campo?
***
Desde el aire, el complejo parecía un indescriptible almacén rodeado por un montón de espacio para aparcar desperdiciado. En realidad, era un antiguo refugio nuclear contra la lluvia radiactiva, que tenía cuatro extensos niveles bajo su exterior deliberadamente simple. La seguridad aquí era rígida, como era de esperar de una instalación gubernamental secreta que vigilaba las actividades de los no-muertos. Sin embargo, me sorprendió cuando tuvimos que esperar durante diez minutos antes de que nuestro helicóptero recibiera la autorización para aterrizar. No era como si hubiéramos aparecido de forma inesperada, por el amor de Dios.
Bones y yo salimos del helicóptero, pero fuimos detenidos por tres guardias con cascos cuando intentábamos atravesar las puertas dobles de la azotea.
—ID —ladró el guardia más cercano a nosotros.
Me eché a reír. —Muy bueno, Cooper.
Los visores de los guardias eran tan oscuros que yo no podía ver ninguno de sus rasgos, pero todos tenían latido, y Cooper era el único de mis antiguos amigos humanos lo bastante listillo como para intentar esa broma. —Identificación —repitió el guardia. Dijo la palabra lo bastante alto como para que me diera cuenta de que esa voz no me resultaba familiar. De acuerdo, no era Cooper, y no era una broma, entonces. Los guardias que lo flanqueaban tensaron sus manos ligeramente sobre sus armas automáticas. —No me gusta esto —murmuró Don, flotando a mi derecha. Ninguno de los guardias miró en su dirección pero, por supuesto, como humanos, no podían verlo.
A mí tampoco me gustaba, pero era obvio que esos guardias estaban empeñados en ver nuestra documentación antes de dejarnos entrar. Comencé a escarbar en mi bolsillo, después de haber aprendido a la fuerza a llevar siempre conmigo una cartera aunque no creía que la necesitara, pero Bones se limitó a sonreír al trío.
—¿Quieres mi identificación? —preguntó con voz sedosa—. Aquí está. —Entonces sus ojos cambiaron a verde esmeralda brillante, mientras que los colmillos se deslizaban fuera de los dientes superiores, extendiéndose en toda su longitud como mini dagas de marfil—. Vamos a pasar o nos vamos, y entonces puedes explicarle a tu jefe que los visitantes que esperaba tenían cosas mejores que hacer que perder el tiempo.
El guardia que había exigido el ID dudó por un tenso momento, y luego hizo a un lado sin decir una palabra. Los relucientes colmillos gemelos de Bones se retrajeron en sus dientes, y sus ojos sangraron de nuevo a su color marrón oscuro habitual.
Puse mi billetera en el pantalón. Suponía que no iba a necesitar mi licencia de conducir después de todo.
—Sabia decisión —comentó Bones.
Pasé rozando a los guardias con él después de mí, y detrás mi tío todavía murmurando que no le gustaba esto. «No, mierda», pensé, pero no lo decía porque no pareciera que hablaba conmigo misma: este era el primer viaje de Don vuelta al edificio en el que había trabajado durante años y en el que, finalmente, había muerto; regresaba en una forma sobrenatural que la mayoría de sus colegas ni siquiera podría ver. Tenía que ser desconcertante de más maneras de las que yo era capaz de imaginar.
Fuimos por el pasillo hacia el ascensor, mientras catalogaba mentalmente las diferencias desde la última vez que había estado aquí. Antes había dos oficinas muy ajetreadas en esta sección, pero ahora los únicos sonidos de actividad eran nuestras pisadas firmes en el suelo de linóleo.
Cuando llegamos al ascensor, apreté el botón del segundo nivel subterráneo, donde estaban ubicadas las oficinas del personal. Un sentido conmovedor de déjà vu se apoderó de mí cuando las brillantes puertas se cerraron. La última vez que había subido al ascensor para bajar, corría a la cama de Don para decir adiós. Ahora estaba a mi lado, al otro lado del ascensor, vagamente visible a través de su perfil. Ciertamente, la vida había dado algunos giros en el camino que nunca habría esperado.
—Para que lo sepas, si veo una luz brillante mientras estoy aquí, me voy a meter en ella antes de que puedas decir una maldita palabra —dijo mi tío, rompiendo el silencio. Su tono me hizo reír. —Yo te estaría animando todo el camino —le aseguré, contenta de que su sentido del humor sarcástico no hubiera desaparecido a pesar de la aspereza de las últimas semanas.
El ascensor se detuvo y nos bajamos. Instintivamente me iba a dirigir hacia lo que solía ser la oficina de Don, pero giré a la izquierda en su lugar. Tate había dicho que no se sentía bien ocupando la vieja oficina de Don, a pesar de que era más grande y tenía un pequeño puesto de mando. No lo culpo. Se sentiría como un saqueador de tumbas desalojando las cosas de Don de su oficina cuando él todavía estaba técnicamente aquí, aunque sólo un puñado de personas en este edificio fuera consciente de ello. Mi tío no quería que nadie se enterara de su nueva condición fantasmal, pero me había negado rotundamente a ocultar la información a cualquier miembro del equipo de no-muertos que todavía podía ver y hablar con Don.
La puerta de Tate estaba entreabierta. Entré sin llamar, aunque sabía que no estaba solo. Alguien con latido estaba allí con él. Un latido, y demasiada colonia para la sensible nariz de un vampiro.
—¿Qué hay, Tate? —dije, notando la rigidez de su postura a pesar del hecho de que estaba sentado. La razón de su tensión debía ser el hombre alto y delgado que estaba a pocos metros del escritorio de Tate. Llevaba el pelo entrecano cortado con el mismo estilo alto y apretado que prefería Tate, pero algo en su porte sugería que ese pelo era la única influencia militar que tenía. Su postura era muy relajada, con las manos con callos que yo apostaría venían de plumas antes que de armas. Su mirada sorprendida reveló que no se había dado cuenta de que estábamos aquí hasta que yo había hablado, y aunque los vampiros eran sigilosos, no habíamos hecho ningún intento de ocultar el sonido de nuestra llegada.
La arrogancia en su mirada una vez que se recuperó de la sorpresa, me hizo reclasificarlo mentalmente de civil a chupatintas del gobierno. Por lo general, sólo había dos cosas que hacían tener este tipo de actitud de exceso de confianza inmediata en una primera reunión: una gran cantidad de habilidades de cabrón no-muerto, o ser una persona que creía firmemente que sus conexiones significaban que podía crear sus propias reglas. Como el Sr. Chulito era un ser humano, tenía que ser esto último.
—Tú debes ser el nuevo consultor de operaciones— dije, sonriendo de una forma que podría parecerle amistosa a cualquiera que no me conociera.
—Sí —fue su amable respuesta—. Mi nombre es… —Jason Madigan. —Don completó la frase al mismo tiempo que el contratista del gobierno de pelo gris. La voz de mi tío sonaba tensa, casi en shock—. ¿Qué está haciendo él aquí?
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| | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
Mensajes : 18194 Edad : 103 Localización : El sofá Empleo/Ocios : El Mal Humor : Sarcástico, por supuesto. Inscripción : 01/08/2011
| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Sáb 6 Ago 2011 - 12:58 | |
| Otra vez: siento el dobleposteo, pero al ir colgando capítulo a capítulo no puedo hacer otra cosa - Spoiler:
Capítulo dos.
Mantuve mi atención en Madigan, sin mirar hacia Don, aunque fue mi primer instinto. No debíamos permitir que supiera que había un fantasma en la habitación, y la pregunta había sido retórica ya que Don sabía que Madigan no podía oírlo.
—Cat Crawfield... Russell —me presenté. Bueno, Bones y yo no estábamos casados conforme a la ley humana, sino por las normas de los vampiros, que nos unían más estrechamente de lo que cualquier pedazo de papel podría jamás unir a dos personas.
Una ola de placer rozó mi subconsciente, derivando desde los escudos que Bones había levantado alrededor de sí mismo tan pronto como nuestro helicóptero había aterrizado. Le gustaba que hubiera añadido su apellido al mío. Eso fue todo lo que necesité para decidir que sería Catalina Crawfield Russell partir de este día.
Aunque no me hacía falta la reacción de Don para deducir que Madigan iba a ser un grano en el culo, años de estrictas maneras de chica de granja me hacían imposible no ofrecerle la mano. Madigan la miró por un instante demasiado largo antes de estrecharla. Su reticencia reveló que Madigan tenía prejuicios contra las mujeres, o los vampiros, y cualquiera de ambas cosas lo predisponía en mi contra.
Bones ofreció su nombre sin sentir ninguna necesidad de tenderle la mano, pero es que él había pasado su infancia mendigando o robando para sobrevivir a las difíciles circunstancias que traía consigo ser el hijo bastardo de una prostituta en el Londres del siglo XVIII. No se había visto tan machacado con el asunto de los modales y el respeto a los mayores, como lo había sido yo. Miró a Madigan sin pestañear, sus manos descansando dentro de los bolsillos de su abrigo de cuero, su media sonrisa mucho más desafiante que cortés.
Madigan captó la indirecta. Soltó mi mano y no intentó extender la suya hacia Bones. Además, una muy sutil expresión de alivio pareció cruzar su cara.
Prejuicios contra vampiros, entonces. Perfecto.
—Tenías razón —le dijo Madigan a Tate con una jovialidad que sonó falsa—. Ha venido con ella.
Por un segundo, mi mirada voló hasta Don. Buen Dios, ¿cómo podía Madigan verlo? Era humano, pero quizá tenía algunas habilidades psíquicas…
—Con los vampiros, si invitas a uno de los cónyuges, el otro está automáticamente incluido —replicó Bones en tono ligero—. Es una regla antigua, aunque es disculpable que no la conozcas.
Oh, Madigan se refería a Bones. Me tragué un gruñido. Lo que había dicho era cierto, pero aunque no fuera así, Bones no se quedaría atrás. Yo ya no actuaba de ese modo, así que no es como si pudiera sentirse amenazado con nada si a Madigan no le gustaba mi actitud. Y no tendría por qué, puedo prometerlo.
—¿Qué hay del control de ID en el tejado? —pregunté interrumpiendo el torneo de miradas entre Madigan y Bones, que el consultor iba a perder. Nadie puede mantenerle la mirada a un vampiro.
Madigan dirigió su atención hacia mí, su aroma natural surgiendo con suavidad bajo la preponderancia de las mejoras químicas.
—Uno de los descuidos que noté cuando llegué hace dos días, fue que no me solicitaron la identificación cuando aterricé. Estas instalaciones son demasiado importantes como para verse comprometidas por algo tan simple como una seguridad descuidada.
Tate gruñó, chispas de esmeralda apareciendo en sus ojos índigo, pero yo sólo resoplé
—Si llegas por el aire, se supone que después de haber comprobado la identidad de la aeronave, la tripulación y el plan de vuelo, quien quiera que esté dentro es quién se supone que debería estar. Especialmente si has invitado a esa gente. Pero si no han sido invitados, y dejando al margen el resto, falsificar la documentación es la parte fácil. Además —Otro resoplido—, si viene por aire alguien que no debe, ¿crees que serían capaces de escapar de las armas y de varios vampiros capaces de rastrearlos sólo por su olor?
En lugar de ponerse a la defensiva por mi contundente análisis de lo inútil que era una comprobación de identidad en el tejado, Madigan me miró pensativo.
—Había escuchado que tienes dificultades con la autoridad y con seguir las órdenes. Parece que no habían exagerado.
—Nop, es verdad —repliqué sonriente— ¿Qué más has oído?
Él agitó una mano distraídamente. —Demasiadas cosas para enumerarlas. Tu antiguo equipo te ha alabado tanto, que tenía que conocerte.
—¿En serio? —No iba a comprarle que esa fuera la razón, pero podía lidiar con ello—. Bueno, hagas lo que hagas, ignora cualquier cosa que mi madre haya dicho de mí.
Madigan ni siquiera sonrió. Momento tenso.
—¿Qué hace un consultor de operaciones, me pregunto? —inquirió Bones, como si no hubiera estado ocupado usando sus habilidades de lectura mental para cotillear en la mente de Madigan desde el momento en que llegamos.
—Se asegura de que la transferencia de la gestión en el entorno sensibilizado del Departamento de Seguridad Nacional sea tan suave como necesita ser por el bien de la seguridad nacional —dijo Madigan, volviendo a su tono presuntuoso—. Revisaré todos los registros durante las próximas semanas. Misiones, personal, presupuestos, todo. Este departamento es demasiado importante para simplemente confiar en que el Sargento Bradley esté a la altura de la tarea de dirigirlo.
Tate no hizo mucho más que contraer un músculo, aunque el insulto implícito tuvo que escocer. De todos los problemas que habíamos tenido en el pasado, su competencia, dedicación y ética en el trabajo, nunca habían estado entre ellos.
—No encontrarás a nadie más cualificado para llevar esta operación, ahora que Don ya no está —dije con calma acerada.
—Eso no es por lo que está aquí —siseó Don. Había estado callado durante los últimos minutos, pero ahora sonaba más agitado de lo que nunca antes lo había escuchado. ¿Convertirse en un fantasma le había dado a mi normalmente educado tío menos control sobre sus emociones, o él y Madigan tenían una desagradable historia juntos?—. Está detrás de algo más que auditar el trabajo de Tate —continuó Don.
—Estoy especialmente interesado en estudiar tus registros —me dijo Madigan, ignorante de la otra conversación en la habitación.
Me encogí de hombros. —Tú mismo. Espero que te gusten las historias de chicos (o chicas) malos llegando a su final.
—Son mis favoritas —replicó Madigan con un brillo en sus ojos por el que no me preocupé.
—¿Están Dave, Juan, Cooper, Geri, y mi madre en la Sala de la Ruina? —pregunté, harta de esos estúpidos juegos de palabras. Si pasaba mucho más tiempo con el, mi carácter superaría a mi sentido común, y eso no podía ser bueno. La cosa más inteligente que podía hacer era jugar a ser dócil, y dejar que Tate averiguara si Madigan andaba husmeando en esta operación con ulteriores motivos.
—¿Por qué quieres conocer su localización? —preguntó Madigan con frialdad, como si yo tuviera nefastas intenciones de las que necesitara protegerlos.
Mi sonrisa escondió el hecho de que estaba apretando los dientes.
—Porque, ya que estoy aquí, me gustaría saludar a mis amigos y mi familia —conseguí contestar, orgullosa de mí misma por no haber terminado la frase con un “gilipollas”.
—Los soldados y los alumnos están demasiado ocupados para dejar lo que están haciendo sólo porque un visitante quiere charlar —dijo Madigan secamente. Mis colmillos saltaron por su propia decisión, totalmente de acuerdo con mi deseo de borrar de la arrugada cara de Madigan esa expresión estirada. Quizá mostré algo de eso, porque el siguió su comentario con—: Debo advertirte que cualquier acción hostil contra mí, será tomada como un ataque contra los mismísimos Estados Unidos.
—Soplapollas pomposo —replicó Don, caminando hacia Madigan antes de detenerse abruptamente, como si recordara de pronto que no había nada que pudiera hacerle en su actual estado.
Un filo de advertencia alcanzó mis furiosas emociones, un recordatorio silencioso de Bones para que me controlara. Lo hice, forzando mis colmillos a retraerse, y mis ojos a volver desde el verde brillante a su tono de gris habitual.
—¿Qué te hace pensar que iba a atacarte? —pregunté, mi voz tan inocente y sorprendida como fui capaz, mientras mentalmente lo doblaba con la forma de un pretzel.
—Seré nuevo aquí, pero he estudiado ampliamente los archivos sobre tu clase —dijo Madigan, tirando abajo su estudiada fachada de G-man para mostrar la hostilidad desnuda que había debajo—. Todos ellos muestran que los ojos de los vampiros cambian de color antes de que ataquen.
Bones se echó a reír, un sonido acariciador que contrastaba con la peligrosa energía que empezaba a empujar sus muros.
—Mis cojones. Nuestros ojos se vuelven verdes por razones que no tienen nada que ver con la intención de matar… Y he visto a vampiros rajar gargantas sin el más mínimo cambio en el color de sus iris. ¿Esa es la única experiencia que has tenido con vampiros? ¿Los informes?
La última palabra estuvo cargada de cortés desprecio. Mardigan se puso visiblemente rígido.
—He tenido bastante experiencia para saber que algunos pueden leer la mente.
—No debería preocuparte. Los hombres que no tienen nada que esconder, no tienen nada que temer. ¿No es así, compañero?
Esperé para ver si Madigan estallaba y acusaba a Bones de entrometerse en su mente durante la conversación, pero simplemente se ajustó las gafas de montura metálica como si su ubicación sobre su nariz fuera de primordial importancia.
—Tu madre y los otros habrán acabado con el entrenamiento en una hora —dijo Tate. Las primeras palabras que decía desde que entramos en su oficina—. Puedes esperarlos aquí, si quieres. Madigan ya se iba.
—¿Intenta deshacerse de mí? —preguntó Madigan con un toque de incredulidad.
La expresión de Tate fue sosa.
—¿No dijo antes de que llegara Cat que había tenido bastante de mí por hoy?
Un ligero color rosa apareció en las mejillas de Madigan. No era vergüenza, como pude deducir por su aroma con notas de queroseno. Era indignación cuidadosamente controlada.
—Lo hice —replicó secamente—. ¿Tendrá esos informes para mí mañana por la mañana? Supongo que permanecer el resto de la noche levantado no será un problema para alguien como usted.
Oh, qué mamón. Mis colmillos me pedían ir a por él, pero esta vez los mantuve en mis encías, mientras evitaba que el verde Nosferatu apareciera en mi mirada.
Entonces Madigan se volvió hacia nosotros.
—Cat. Bones. —Dijo nuestros nombres como si estuviera pidiendo disculpas por ellos, pero yo sólo sonreí como si no le hubiera eviscerado ya varias veces en mis fantasías.
—Ha sido un placer conocerte —dije, extendiendo mi mano de nuevo sólo porque sabía que no quería que lo tocara.
La tomó con la misma pequeña pausa que la vez anterior. No apreté una vez que lo tuve en mi puño, pero, oh, era tan tentador.
Tan pronto como le dejé ir, Madigan dejó la oficina de Tate, arrastrando una nube de aftershave e irritación tras él.
—Voy a seguirlo —dijo mi tío llanamente—. Y no voy a volver contigo más tarde, Cat.
Miré a Tate, quien me dirigió un imperceptible gesto de asentimiento. En realidad, estaba aliviada de que no intentara discutir. Don podía seguir a Madigan de una maldita forma más efectiva que ningún otro. Quizá Madigan estuviera aquí porque el Tío Sam estaba un poquito paranoico acerca del vampiro a cargo de una operación que cazaba y ocultaba pruebas de la existencia de los no-muertos. Si era así, Madigan se iba a gastar un montón de dólares de los contribuyentes escrutando esta operación, sólo para llegar a la conclusión de que Tate era el reemplazo lógico para Don. Su expediente era intachable, así que no tenía miedo de Madigan desenterrara cualquier esqueleto en el armario de Tate. Real o metafórico.
Pero no era por eso por lo que me alegraba de que mi tío se centrara más en Madigan que en encontrar su camino a la Puerta Eterna en el Otro Lado. Si Madigan tenía una razón más siniestra para estar aquí, Don nos podía alertar más rápido que nadie. Confiaba en que Tate, Dave, y Juan serían capaces de salir de aquí si el desprecio de Madigan por los muertos vivientes daba un giro más amenazador, pero mi madre, a pesar de sus bravuconadas, no era tan fuerte como lo eran ellos.
Y este no era un edificio normal, así que ella no podría reventar una pared para escapar. El subnivel cuarto fue construido para contener los vampiros contra su voluntad. Lo sé. Lo diseñé cuando yo era la que capturaba vampiros para que los científicos de Don pudieran hacer una maravilla de droga sintética llamada Brams. Esa droga, derivada del compuesto de curación que había en la sangre de los no-muertos, había mantenido a varios miembros de nuestro equipo con vida después de que hubieran sufrido lesiones graves. Entonces Bones se unió a la operación, y Don superó su temor de que la sangre de vampiro maestro —mucho más eficaz en la curación que el Brams— a su vez, hiciera daño a quien la bebiera. Bones había donado suficiente de su sangre para que Don recuperara a los miembros del equipo heridos, según fuera necesario, y las células de vampiros en el subnivel cuarto habían permanecido vacías durante años como consecuencia de ello.
Pero eso no significaba que no pudieran volver a ponerse en uso, si Don tenía razón y Madigan estaba aquí por razones distintas a una evaluación de rutina.
O tal vez, yo había tenido tanta mierda últimamente que asumía lo peor de todo el mundo, tanto si había una razón válida para ello como si no. Sacudí la cabeza para desactivarla. Con todo lo que Madigan me había molestado, no hacía mucho tiempo que Don había tenido los mismos prejuicios contra los vampiros. ¡Diablos, hace apenas ocho años que yo pensaba que el único chupasangres bueno era el chupasangres muerto! Sí, la actitud de Madigan gritaba Sospechoso Bastardo Burocrático, pero esperaba que pasar algún tiempo con Tate, Juan, David, y mi madre le haría darse cuenta de que había más seres sobrenaturales que lo que había leído en las páginas de los informes de asesinatos clasificados.
—Así que, ¿qué piensas de él? —Tate arrastró las palabras, ahora que la tensión anterior había desaparecido de su tono.
—Que él y yo no vamos a ser los mejores amigos —fue todo lo que dije. No necesitaba decir nada más, cuando esta habitación podía estar siendo monitoreada.
Tate gruñó. —Estoy en ese punto también. Quizá sea algo bueno que… las circunstancias sean las que son.
Por la cuidadosa alusión de Tate a la condición de Don, era obvio que no quería correr ningún riesgo de que nuestras palabras llegaran más tarde a Madigan.
Le ofrecí un encogimiento de hombros a modo de acuerdo. —Supongo que todo pasa por una razón.
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| | | eteline Celebrando una cena en tu honor
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| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Sáb 6 Ago 2011 - 14:37 | |
| No necesariamente, puedes poner los capítulos en spoiler editando el mismo post solo pones títulos en cada spoiler con el numero del capitulo y listo |
| | | DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
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| Tema: Re: Serie Night Huntress - Jeaniene Frost Sáb 6 Ago 2011 - 19:29 | |
| - eteline escribió:
- No necesariamente, puedes poner los capítulos en spoiler editando el mismo post solo pones títulos en cada spoiler con el numero del capitulo y listo
Mierrrrd... seré pava Y ¿por qué demonios no se me había ocurrido eso a mí? Vale, el próximo lo pondré así |
| | | eteline Celebrando una cena en tu honor
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